La semana pasada la planta de ladrillos Retak, perteneciente a la empresa Ardal SA, ubicada frente al puerto de la ciudad de Victoria, en Entre Ríos, suspendió sus actividades por 75 días. Si bien no hay una información oficial por parte de la empresa, 70 empleados fueron afectados por esta medida.
Según pubicó el portal local El Once, los suspendidos percibirán el 75 % del ingreso mientras dure la paralización de las actividades, mientras los 45 trabajadores restantes de los 115 que compone la planta de personal, seguirán desempeñado tareas.
La solicitud fue presentada ante la Delegación de Trabajo de Victoria, posteriormente la solicitud debe ser homologada por la Secretaría de Trabajo de la provincia.
Esta «suspensión preventiva» según la figura de la Ley de Contrato de Trabajo (Art. N° 218/233), permite al empleador paralizar las actividades cuando se producen cuestiones de fuerza mayor que complican la continuidad de las líneas de producción.
Según los argumentos de Retak, no pueden seguir trabajando porque han disminuido en forma notable las ventas y están acumulando stock que no pueden colocar. Seguir produciendo provocaría pérdidas significativas a la firma.
De acuerdo a la normativa, una empresa puede suspender al personal por un período que no supere los 75 días, durante un año, y resolver con posterioridad a este impasse si retoma las actividades, disminuye la producción con menos personal (despidos con indemnización) o cierra la planta.
Para que la medida de «suspensión preventiva» sea aprobada por la Secretaría de Trabajo, debe contar con la anuencia de todo el personal que en forma temporaria queda desafectado. Esto se llevó a cabo, y los empleados alcanzados por la medida prestaron conformidad firmando el petitorio de Retak.
Hay incertidumbre en los empleados, algunos de ellos señalan que solamente se les planteó que ante la disminución de las ventas se toma esta medida.