Luego de casi cuatro horas de reunión, la CGT anunció que se terminó la luna de miel. La central obrar resolvió la realización de una movilización para el 7 de marzo y un «paro nacional con movilización» para fines de ese mes, aunque no dieron precisiones de cuándo sería.
«Se sigue generando incertidumbre. Los aumentos en distintos rubros, el cuadro tarifario, eso esta erosionando el poder adquisitivo de los trabajadores», explicaron a la salida del encuentro.
Asimismo, reiteraron su malestar con el Gobierno: «Hubo mucho contacto, muchos compromisos pero no asumieron ninguno. Todo lo que se conversó en una mesa y lo que se firmó no se cumplió ni por parte de los empresarios ni del gobierno. Están jugando en conjunto y eso va en contra de los trabajadores».
«Nos movilizamos en defensa del trabajo y producción nacional, paritarias libres, convenios colectivos de trabajo, del sistema previsional y de salud de seguridad social, de la educación, en contra de la flexibilización y del aumento indiscriminado de tarifas», resumió Héctor Daer.
En sintonía, Juan Carlos Acuña anticipó que «es el inicio de un plan de lucha para que cumplan con los compromisos» y sentenció: «No hay tiempo para el diálogo, la única forma es que reviertan todo lo que están planteando».
Participaron del cónclave, entre otros, los dirigentes Andrés Rodríguez (UPCN), Pablo Moyano (camioneros), Francisco Gutiérrez (UOM), Armando Cavallieri (Comercio), Jorge Sola (Seguro), Roberto Fernández (UTA), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Gerardo Martínez (UOCRA), Amadeo Genta (Municipales) y Omar Maturano (La Fraternidad).
Los líderes cegetistas prometieron que la movilización del 7 de marzo será respaldada multitudinariamente por todos los gremios de la central obrera y será al Ministerio de Producción que conduce Francisco Cabrera, uno de los apuntados por la destrucción masiva de puestos de trabajo en el sector industrial.