A fines de 2013 la Resolución 1.108 firmada por el ministro de trabajo, Carlos Tomada, le otorgó la inscripción gremial al Sindicato Único de Trabajadores Informáticos de la República Argentina (SUTIRA). Este gremio, que logró el reconocimiento con llamativa celeridad, es encabezado por Julian Rousselot y ya se ganó a varios rivales temibles.
Desde diversos sectores gremiales especulan con la posibilidad de que la mano que mueve el armado del SUTIRA desde la sombras sea nada más ni nada menos que Noemí Rial, actual viceministra de trabajo de la nación y una persona muy influyente en materia laboral.
El SUTIRA que busca intensamente insertarse en el sector de los trabajadores informáticos, que por el momento es cubierto por el Sindicato de Comercio o por la UOM (en los casos en los que se trate de ensambles), está agitando demasiado el avispero. Esta intentona cada vez trae más recelos y tiene a los afectados en pie de guerra.
“Vienen diciendo que si se afilian al nuevo sindicato van a tener un mejor convenio y mejores salarios. Eso es mentira. Ni siquiera se pueden sentar a discutir paritarias” expresaron algunos dirigentes cansados de las promesas del nuevo gremio.
Para alentar las versiones que vinculan al SUTIRA con el Ministerio de Trabajo el pasado 5 de marzo una comitiva del de su conducción fue recibida por Tomada con el objetivo de debatir “planes de trabajo”.
La sensación entre los afectados es que los están queriendo correr desde el Ministerio. “Nosotros tenemos delegados en todas las empresas y no vamos a dejar que sigan viniendo a mentirle a los pibes” dijeron representantes de los grandes gremios, que no piensan quedarse de brazos cruzados esperando que les “roben” afiliados.