El hijo del líder de la CGT disidente, Pablo Moyano, amenazó a la municipalidad de Quilmes con recurrir a la violencia en caso de que el jefe comunal, Francisco Gutiérrez, avance con la municipalización del servicio de recolección de residuos.
El lunes pasado los choferes de los camiones de basura iniciaron un paro por tiempo indeterminado en rechazo de la iniciativa de la comuna de quitarle el servicio a la empresa Covelia, muy cercana a la familia Moyano.
El gremialista indicó que “hay 430 trabajadores entre la recolección y el barrido de calles, y el chanta este del intendente Gutiérrez toma la decisión de municipalizar el servicio, dejando a toda esta gente, que son vecinos de Quilmes, en la calle, o pretendiendo incorporar a los trabajadores por la mitad del sueldo que están ganando actualmente”.
Además, Moyano sostuvo que Gutiérrez “es un caradura que viene del movimiento sindical y hoy está imponiendo una política en contra de los trabajadores”.
No es la primera vez que Pablo Moyano protagoniza un escándalo vinculado con hechos de violencia o amenazas. Mientras se desarrollaba el paro del pasado 10 de abril Pablo ya amenazaba con profundizar las medidas con posibles huelgas de 36 o 48 horas.
Además, sólo unos días atrás Pablo declaraba desafiante ante la prensa respecto de la diferencia de su gremio con Siderar: «Siderar va a entender por las buenas o por las malas»
Poco tiempo atrás fue señalado como el autor intelectual del ataque de un grupo de militantes de su sindicato a gremialistas de tintoreros que le disputaban afiliados en una empresa de ese sector. La patota de Pablo actuó luego de que el ministro de trabajo Carlos Tomada expresara en una resolución que esos trabajadores no debían ser representados por Camioneros, con lo que el tema estaba saldado.
En una situación similar como la que vive hoy en Quilmes con la municipalización de la recolección de la basura, Pablo Moyano envió a sus trabajadores de San Miguel a volcar los residuos de 17 camiones frente al palacio municipal y los prendieron fuego como metodología de protesta.
Tampoco su hermano Facundo se salva de la furia de Pablo. Cuando se quebraba la convivencia entre los Moyano y el gobierno nacional Facundo declaró «me siento atrapado entre esas dos lealtades”. Al escucharlo, Pablo estalló y le envió un mensaje que decía “Yo tengo una sola lealtad”. Desde ese día la tensa relación entre ellos se quebró definitivamente.
En esos momentos mientras en las puertas de la YPF La Matanza gendarmes y camioneros dirimían el poder cuerpo a cuerpo y el gobierno denunciaba a los Moyano por coacción agravada, Facundo brillaba por su ausencia. “Mi hermano usa camisita y va a la tele pero nunca está cuando la cosa se pone espesa”, remarcó Pablo.
Las nuevas declaraciones de Pablo, el más áspero de los Moyano, también lo incomodan a Hugo. Mientras el líder de la CGT hace malavares para poder acercarse a la siempre reacia clase media su hijo lo dilapida ante cada micrófono.