La unidad sindical es un tema recurrente en las charlas del movimiento obrero, que desde hace más de un año se convirtió en casi una redundancia. Pedida por casi todos en público, pero trabada por las aspiraciones personales de la mayoría de los dirigentes y las diferencias ideológicas, las negociaciones ya se blanquean, aunque todavía faltan «detalles» decisivos.
En las últimas horas todos los polos de poder cegetistas hicieron saber de su interés de confuir en una sola CGT. En las sedes sindicales se repite hasta el hartazgo «nos lo pidió el Papa, cómo no lo vamos a hacer». Pero por el momento está verde.
Quien era el más reticente a la unidad, el metalúrgico Antonio Caló, llamó a avanzar en ese sentido, pero restó importancia del plazo. El dirigente afirmó que podría lograrse antes o después de las elecciones internas presidenciales. «Hay compañeros que están trabajando en ese tema, un día más un día menos; julio, agosto o septiembre, no hace a la cosa», dijo.
Sin embargo las declaraciones del gremialista dejaron claro otro de los problemas para llegar a la confluencia «algunos compañeros tienen que deponer su actitud personal y tirar todos juntos para adelante, para buscar unificar la CGT, que son los trabajadores los que más la necesitan».
Hace unas horas Roberto Fernandez, líder de la UTA y uno de los referentes del ascendente grupo de gremios del transporte que están marcando el pulso de la conflictividad y la agenda sindical, llamó a Caló a Barrionuevo y a Moyano a dar un paso al costado para dar lugar a la reunificación. Pero el colectivero advirtió que de juntarse: «tenemos que estar todos juntos en los reclamos».
Sucede que los nombres son un tema de importancia en las charlas de unificación con algunos aspirantes que picaron en punta. Sin embargo, la diferencia sustancial tiene que ver con el perfil que vaya a tener la central, fundamentalmente frente al Gobierno Nacional. Hoy el espectro cegetista está dividido de un modo irreconciliable y si no cambian las posturas de varios (tanto los sumamente confrontativos, como los extremandamente dialoguistas) será imposible avanzar.
El concepto que hacen circular desde el núcleo del MASA al charlar sobre el tema es: «Primero tenemos que definir el para qué de la reunificación».
Por ahora queda claro que estratégicamente los jerarcas sindicales saben que una de las respuestas principales es: para defender el modelo sindical peronista. Sin embargo lo que detiene el proceso tiene que ver con las discrepancias ideológicas y de política partidaria que todavía no pueden ser saldadas.