El sector más radicalizado ante la crisis es el movimiento piquetero que, tras largos debates entre la rama oficialista y la opositora al Gobierno, convocó a una movilización de conjunto para el miércoles 27 de julio a Plaza de Mayo.
Luego de varias reuniones, Eduardo Belliboni, dirigente del Partido Obrero, logró acordar con referentes oficialistas como Juan Grabois, titular del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y Juan Carlos Alderete medidas de lucha conjuntas, a pesar de levantar diferentes reclamos.
Grabois pelea por un objetivo clave: el Salario Básico Universal, que no cuenta con el respaldo del conjunto del oficialismo.
A pesar de que desde Presidencia aseguraron que está en estudio junto con diversas medidas de asistencia, aclararon que no dan las cuentas para efectivizarlo.
A su vez, Belliboni se manifestó en contra de la renta universal al argumentar que «es más bajo que el Potenciar Trabajo y no está relacionado con el salario», por eso exige la apertura de programas sociales, un bono de 20 mil pesos y salario mínimo de 100 mil pesos.
A pesar de las diferencias, hay una nueva convocatoria para la semana entrante, el día después de la movilización de la CTA.