Una porción de la Mesa Chica de la CGT ya blanqueó su intención de levantar la marcha anunciada para el próximo 17 de agosto como gesto al relanzamiento del Gobierno. Esta semana esperan tener un cara a cara con Sergio Massa. Días decisivos.
La Marcha propuesta por la CGT para el próximo 17 de agosto entra en zona de decisiones. Es que los cambios en el Gabinete y, sobre todo, la llegada de Sergio Massa como súper ministro hizo que una porción de la dirigencia cegetista empiece a repensar la situación.
De hecho, una porción de la Mesa Chica de la CGT ya blanqueó su intención de levantarla como «gesto». Todavía no hay consenso, pero las posiciones son encontradas.
La central obrera, de sólidos vínculos con el ex intendente de Tigre, empezó a tejer una cumbre con la cabeza económica del nuevo gabinete. Esperan que sea esta semana, aunque la agenda apretada del recién llegado todavía lo tiene en duda.
El propio Héctor Daer reconoció en las últimas horas que, según su interpretación, un plan de lucha de la CGT contra el Gobierno sería funcional a quienes apuntan a una devaluación.
La otra opción sería que el tigrense logre que la marcha de la central obrera, todavía sin un destinatario demasiado definido, se convierta en una cruzada de respaldo al Gobierno Nacional. Lo podría mostrar como un logro de su gestión y una señal de los nuevos vientos que soplan en el oficialismo.
Vale recordar que desde el inicio del debate sobre la movilización, la posición de Pablo Moyano y de la Corriente Federal de Trabajadores era mostrar el descontento contra quienes remarcan los precios y contra quienes extorsionan. Encarar una demostración de poder y de denuncia. Algo que ahora podría convertirse en un salvoconducto para quienes buscan una salida a la encerrona, sin bajar la marcha.
Al margen de las especulaciones, lo que está claro es que esta semana será determinante y, más allá de las presiones, del debate de la Mesa Chica saldrá la decisión.