El líder de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, calificó de «barbaridad, despropósito e injusticia total» al impuesto a las ganancias de los asalariados. También criticó a los funcionarios nacionales que ante las quejas de los gremios contra ese «impuesto perverso, se hacen los distraídos y atacan a la dirigencia».
Nada nuevo. Sin embargo, mientras por un lado se mostró favorable a la unificación de las CGT, por el otro atacó al secretario general de la central oficialista, el metalúrgico Antonio Caló.
El camionero recordó que en un reciente acto con dirigentes sindicales se resaltó la necesidad de «que los dirigentes nos unamos» y apuntó que «ha venido muchísima gente del otro lado y quieren que se mantenga en silencio». Pero al mismo tiempo atenta contra esa posibilidad, afirmando: “Lo veo a Caló y me da pena”.
Para concluir, Moyano disparó contra el gobierno en clave electoral. «Si este gobierno no da respuestas, bueno, cuando tengamos ese arma letal que es el voto, hagamos uso con inteligencia». Si bien no avanzó en precisar de forma positiva ese voto, de forma indirecta se tendría que leer en contra de la candidatura de Daniel Scioli, en tanto parte del partido oficialista.