(Por Pablo Maradei) El frustrado encuentro entre Massa y la CGT avivó las diferencias entre los distintos espacios que equilibran la conducción de Azopardo. La marcha del 17 se cocinó en un asado en la UOCRA. El moyanismo presiona para endurecer el perfil contra los empresarios y el barrionuevismo para erosionar al flamante ministro.
El rosario de rechazos respecto al pago de una suma fija la enumera un sindicalista que se iba a sentar en la reunión con el Gobierno y la UIA; la que finalmente no ocurrió:
-«Desde el Gobierno no hubo una propuesta en concreta, no hay tampoco un criterio definido sobre el que ponerse a trabajar».
-«No queremos que se interrumpan las paritarias».
– «Nos llaman para un acuerdo de precios, pero nadie garantiza que los empresarios congelen los precios; es más todos los días se remarcan precios por las dudas».
– «Nadie pone de referencia el dólar oficial, sino el blue».
– «Muchos gremios quedaron en un 43% y ya tienen firmadas los tramos de aumentos».
– «Supongamos que un gremio tiene firmado un aumento por el 60% y le dan 20 o 30 mil pesos; ¿con esa suma fija le van a dar por cerrada la discusión o van a reabrir? Sin pautas claras, se distorsiona todo».
Evidentemente muchas dudas sin respuestas dinamitaron la reunión que había convocado (discursivamente) Sergio Massa ni bien asumió: las conversaciones previas no arrojaron acercamientos y todo terminó por, como mínimo, pasar a un cuarto intermedio hasta el 22 de agosto que es cuando se verán las tres partes, pero para discutir el ajuste al Salario Mínimo Vital y Móvil.
A falta de una reunión institucional, los sindicalistas tuvieron cena de camaradería este jueves en la UOCRA: corrió asado, aunque casi fue un lechón. Detalles. Participó un grupo muy reducido de dirigentes.
A contramano, Pablo Moyano se expresó en favor, o por lo menos abierto, a recibir una suma fija que compense la caída del poder adquisitivo.
Frente a estos grises ayer se reunió nuevamente el comité organizativo de la marcha del 17 de agosto. Y una nueva división intra CGT: desde el entorno de Moyano deslizaron a este medio que estaban evaluando poner escenario por su cuenta. No conciben marchar sin dar un discurso. Por ahí por este punto también fue convocado a la comida Hugo Moyano, para tratar de encausar a Pablo que esta terminando su gira papal por el Vaticano en el marco de la ITF.
Lo que se está terminando de delinear es el documento que emitirá la CGT que exhortará a la clase política a armar un gran acuerdo nacional para enfrentar la crisis. Ese documento se repartirá a los distintos partidos y las cámaras empresarias.
Otra entretela de la marcha: dicen las malas lenguas que Luis Barrionuevo está muy peleado con Massa y le pidió a Acuña que no marche «porque sino es contra el gobierno termina siendo a favor». Esta es la queja de algunos sindicalistas de no marchar contra nadie y sin oradores.
El estacionero quedó en medio de un tironeo. En una entrevista con este medio ratificó la marcha, pero otro espacio que integra, la UGATT (Unión General de Asociaciones Trabajadores del Transporte), se bajó de la movilización con el argumento de que prefieren esperar que «se pongan en marcha las políticas» anunciadas por el ministro de Economía, Sergio Massa; además de tirar dardos contra la CGT por la falta de representación del movimiento obrero.
Volviendo al estacionero y al ferroviario Omar Maturano, líder de la UGATT, recordemos que en declaraciones radiales había dicho -en mayo- que «hay que hacerle 20 paros al Gobierno». Por supuesto que en aquel entonces no estaba Massa, pero la situación del país no se modificó; es más, se agravó. Desde su entorno ratifican aquellas palabras: «Para qué una marcha que no sirve para nada, lo que se tiene que hacer es un paro«.