Dos funcionarios de Claudio Moroni, dos ex ministros, un ex Gobernador y dos laboralistas en la tómbola que definirá el nuevo mandamás del Ministerio de Trabajo. Se define en las próximas horas. Expectativa en el mundo sindical.
La renuncia de Claudio Moroni al Ministerio de Trabajo de la Nación agitó el avispero sindical y desde entonces cada paso que se da en Olivos, donde se discute por estas horas su reemplazante, es leído en clave de «señal de lo que viene». Todos buscan avizorar quién ganará la puja.
Entre los principales candidatos a quedarse con el cargo hay dos funcionarios de Moroni, lo que sería una especie de señal de continuidad de la gestión. Además sería una especie de revalorización del ahora exministro que dejó su lugar por un asunto delicado de salud.
El primero de ellos es Marcelo Bellotti, actual secretario de Trabajo y virtual viceministro. «El colorado» supo tejer en estos casi 3 años buena llegada a sindicatos y empresas y hasta consolidó lazos más que cordiales con el kirchnerismo.
El otro es Roberto Sukerman, actual jefe de Gabinete del Ministerio de Trabajo y ex ministro de Trabajo de Santa Fe en la gestión de Omar Perotti. Se trata de un hombre promocionado por Agustín «Chivo» Rossi y un leal al albertismo.
También sonaron dos ex ministros. Por un lado Carlos Tomada, actual embajador en México y ministro de Trabajo de Néstor Kirchner y CFK. Parece difícil. El otro es a pedido del Frente Sindical: Julián Domínguez. El tándem con encabezan Ricardo Pignanelli y Hugo Moyano hicieron el intento directamente ante Alberto por el de Chacabuco.
Adicionalmente se barajó la alternativa de Domingo Peppo, embajador en Paraguay y exgobernador del Chaco. En este caso un hombre más ligado a los Gobernadores del PJ que vienen reclamando espacio en la toma de decisiones.
Por último aparecieron en el radar dos laboralistas, de muy buena llegada a La Rosada y del «paladar» albertista. Se trata de Marta Pujadas, histórica abogada laboralista de Gerardo Martínez, tal vez el dirigente de la CGT más influyente en lo que respecta a terminales políticas; y de Pablo Topet un abogado de fuerte carrera y llegada al mundo sindical que fue designado como asesor de Moroni apenas asumido en el Gobierno.