La dispersión de los actos del 17 de octubre dejó expuesta, una vez más, la distancia entre las principales seccionales de la UOM. El secretario General, Abel Furlán, y la mayor parte de las regionales de la Provincia de Buenos Aires adhirieron y movilizaron al acto de Plaza de Mayo. Antonio Caló, por su parte, aprovechó el evento de Obras Sanitarias para volver a la primera plana de la CGT.
Las diferencias de filiación política y sindical entre Abel Furlán, el actual titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), y Antonio Caló, a quien derrotó en las urnas en marzo de este año, no son una novedad para los metalúrgicos ni para el resto del universo sindical. Sin embargo, ayer volvieron a quedar expuestas.
Es que la dispersión de festejos por el Día de la Lealtad sirvió de plataforma para el regreso a la primera plana cegetista de Caló, un hombre que hasta supo comandar una vertiente de la CGT entre 2012 y 2016.
Ayer Furlán convocó abiertamente y movilizó al acto de Plaza de Mayo. Fue una de las figuras de la jornada. Allí confluyó con las adhesiones y marchas de buena parte de las seccionales del conurbano bonaerense como las de Quilmes y La Matanza, por ejemplo.
En contraposición, Caló estuvo en Obras Sanitarias. El exhombre fuerte de los metalúrgicos, que todavía está al frente de la seccional más populosa del gremio, incluso subió al escenario aunque evitó mostrarse en la mesa principal con los dirigentes que forman parte de la comisión directiva de Azopardo.
Se lo vio de buen diálogo con sus pares, con los que supo compartir casi 20 años en la central obrera. El dirigente hasta respondió al pasar algunas preguntas de reporteros que se acercaron al estadio de Avenida Libertador al 7 mil y hasta dejó una definición al pasar que contrastó con la realidad de su gremio y la de la jornada: «Todos sabemos que si no hay unidad no gana el peronismo».