La Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), liderada por Sergio Sasia, ratificó su posición en referencia a que no se debe gravar con el Impuesto a las Ganancias a los ingresos de los trabajadores en relación de dependencia. «No sólo porque resulta un mero impuesto al trabajo que los perjudica notoriamente sino también porque atenta seriamente contra la distribución de la riqueza”, según se informó. Sasia estará presente mañana jueves 27 de octubre en Córdoba para la normalización de la CATT en la Regional de la provincia, donde se tratará este tema.
Sergio Sasia, quien es también el Secretario General de la Unión Ferroviaria, sostuvo que “el monto del impuesto, que se incrementa con las denominadas cargas sociales, implica un costo laboral que es tenido en cuenta a la hora de la fijación de los salarios, por lo que ocasiona otro perjuicio más a los asalariados”.
Además, el titular de la CATT expresó que: “Como una cruel paradoja, las rentas financieras, que sí contribuyen a aumentar la riqueza de sus beneficiarios, y que en su monto total equivalen a varias veces las ganancias personales, resultan en muchos casos exentas de impuestos, lo que es sumamente injusto e irritativo, a la vez que demostrativo de que no se cumple con aquello de que ‘el que más gana más tributa’” y agregó “en el caso de aplicarse el impuesto a los asalariados, debe revisarse drásticamente su concepto y soslayarse el simplismo de considerar a los ingresos de los empleados como una mera ‘ganancia’”.
De este modo, Sasia destacó que este tributo resulta, tanto por su volumen como por sus condiciones, “excesivo, injusto, arbitrario, distorsionador de los costos laborales, conculcador de derechos y libertades individuales y peligrosamente atentatorio contra el empleo formal”.
Vale subrayar que la CATT viene insistiendo y reclamando históricamente sobre este asunto, y manifestó que “tanto la Constitución Nacional como tratados de jerarquía constitucional reconocen, con énfasis no menor, el derecho de los ciudadanos a vivienda, salud, educación, transporte, alimentación, indumentaria y esparcimiento, entre otros bienes imprescindibles para un nivel de vida digno”. Asimismo, indicó que “deducidos estos ‘costos’, que implican un límite natural a los impuestos, sólo podría gravarse, y ello en proporciones mucho menores a las actuales, parte del remanente de su salario, su capacidad de ahorro, la que por otra parte, ya está agobiada por numerosas y muchas veces superpuestas cargas”.
En este contexto, la Confederación sostuvo que “los trabajadores no deberían tributar el Impuesto a las Ganancias cuando el nivel de sus salarios no supere los montos necesarios para acceder a esos derechos”, considerando que “el trabajador también debe realizar aportes a la Seguridad Social, los que acumulados al Impuesto a las Ganancias, hacen que a su bolsillo llegue efectivamente una suma considerablemente menor a su salario bruto (en algunos casos menos del 50%)”.
“Estos aportes, tarde o temprano, deberían ‘regresar’ al trabajador en forma de prestaciones que hacen al bienestar propio y de su familia (jubilación, prestaciones de Obra Social, turismo, etc.). Eso no ocurre, y son numerosos los casos en que los haberes previsionales resultan ínfimos comparados con los salarios sobre los que se aplicaron los aportes y contribuciones al sistema previsional”, se argumentó.
También, se señaló que “la magnitud del descuento impositivo sólo será legítima en la medida en que se respete cabalmente el derecho a conservar las posibilidades de acceso, para él y su familia, al mencionado nivel de vida digno”, dado que el Impuesto a las Ganancias no tiene contrapartidas directas.
“En definitiva, esta Confederación entiende que no debe aplicarse el Impuesto a las Ganancias a los trabajadores y que, en caso de que se persista con esta injusticia, debe llevárselo urgentemente a un nivel de necesaria razonabilidad modificando drásticamente su reglamentación”, concluyó la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte.