Trabajadores nucleados en el Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA) irrumpieron hoy las sedes del Concejo Deliberante y la Municipalidad de Rosario para exigir la reincorporación de unos 500 despedidos de la terminal fluvial a cargo de Vicentín de esa ciudad santafesina. La empresa además anunció descuentos por días de paro y el aumento de la jornada laboral de 6 a 8 horas de los estibadores.
El avance de miembros del gremio sobre los edificios gubernamentales se produjo esta mañana en Rosario, durante una manifestación prevista para protestar por un conflicto gremial.
En ese contexto los trabajadores atravesaron la puerta del Concejo Deliberante de Rosario e ingresaron al recinto donde normalmente sesionan los ediles locales y exigieron «una respuesta ante los despidos masivos en la terminal portuaria».
De esta manera y coreando “con el Supa no se jode”, los estibadores tomaron el Concejo exigiendo una respuesta ante la falta de pagos y los despidos ejecutados desde la empresa Vicentin.
La situación se descomprimió cuando los concejales presentes dieron lugar a una reunión de urgencia con los representantes gremiales, para atender la problemática.
En simultáneo la movilización continuó afuera del recinto, por lo que más de cien trabajadores arribaron al Palacio de los Leones, donde funciona la Municipalidad de Rosario con algunos daño materiales.
Una vez fuera, los manifestantes se dirigieron esta vez a la sede rosarina del Gobierno de Santa Fe, aunque al llegar fueron recibidos por directivos que les confirmaron una reunión inmediata en donde se atenderán sus reclamos.
Respecto al conflicto gremial, se sabe que se originó días atrás cuando la empresa Vicentin anunció despidos masivos y el descuento salarial por días de huelgas para empleados de las terminales portuarias I y II del puerto rosarino, lo que obviamente enardeció a los trabajadores.
Sobre este punto el titular de Supa Rosario, Cesar Aybar, detalló en una rueda de prensa que actualmente “tenemos 600 compañeros con riesgo de perder su empleo, son laburantes que hoy no tienen cómo llevar un plato de comida a la mesa”.
Además, la empresa sostiene la necesidad de elevar la carga horaria de los estibadores que conservan sus puestos, por lo que la jornada laboral, que actualmente es 6 horas, pasaría a ser de 8.
Frente a la postura empresarial, los trabajadores iniciaron medidas de fuerza por tiempo indeterminado, ocupando las terminales y cortando los accesos al puerto.