Docentes bonaereses: Conflicto sin fin

El paro docente en las escuelas públicas de la provincia de Buenos Aires lleva 14 días. Una decisión del juez Francisco Terrier, a cargo del Juzgado en lo Contencioso Administrativo número 3 de La Plata, le ordenó a seis sindicatos docentes «el cese inmediato de la huelga». Sin embargo los gremios afirmaron que desconocerán el fallo. Consideran que atenta contra el derecho de huelga y por ese motivo ratificaron la continuidad de la medida de fuerza por tiempo indeterminado.

Las causas que motivaron este conflicto, de magnitudes infrecuentes, son múltiples. Se intercalan componentes económicos con otros que hacen foco en lo gremial y en lo político. Las relaciones de fuerzas en el interior de los gremios, la antipatía hacia el gobierno de Daniel Scioli y el reclamo salarial consolidan un combo que parece difícil de desactivar.

La motivación salarial en el conflicto docente existe y no es menor. El aumento propuesto por el gobierno provincial no deja conforme a los gremios ni a las bases. El 30,9% de recomposición salarial en cuotas promocionado por el sciolismo sólo llega al 20% del total (los maestros de grado), mientras que el restante 80% percibirá actualizaciones que van del 21% al 24%. Esta gran porción con aumento por debajo del 25% los coloca muy detrás del reclamo sindical en paritarias que consiste en un 35% para todos.

Pero para que un una medida de fuerza se sostenga 14 días (y contando) tienen que haber más causas. Las negociaciones salariales docentes han sido complejas en los últimos años y no se estuvo ni cerca de un paro por tiempo indeterminado.

El factor político también existe. Roberto Baradel, referente de SUTEBA, principal gremio bonaerense, es un ferviente opositor del gobernador Daniel Scioli. Aunque sostenga que su amistad con Massa no influye en la magnitud del enfrentamiento, Baradel sabe que este paro erosiona la figura de Daniel Osvaldo de cara al lanzamiento de su carrera por la presidencia en 2015.

Pero Baradel no sólo es opositor, sino que también es empujado a serlo. La interna gremial que vive lo pone en las calles. En las últimas elecciones de SUTEBA perdió en 11 seccionales de las más grandes a manos de la izquierda. Esa derrota encendió luces de alarma para su conducción y lo colocó ante la necesidad de mostrarse más combativo.

Incluso algunos gremios del sector le computan todavía más presión al “Robi”: “Nosotros le contamos a Baradel 31 seccionales ¨rojas¨ de las 135 en las que se subdivide su organización” le dijeron a Infogremiales fuentes consultadas.

La oposición de izquierda le factura a la conducción de SUTEBA cierres salariales por debajo la media en los últimos 3 años. Además, le endilgan haber aceptado importantes sumas en negro.

Como si algo faltase para hacer de este clima una situación inmanejable, le tenemos que agregar que el 2014 todavía no estabilizó sus perspectivas, por lo tanto no hay certezas sobre la evolución de la inflación. Con la devaluación de principios de año y precios que subieron fuerte en enero y febrero las perspectivas inflacionarias están por las nubes.Esto hace que, por ejemplo, muchos gremios hayan decidan postergar sus negociaciones con sumas puentes hasta esperar que se estabilicen las cifras.

Por último tenemos que agregar que el fuerte aumento que recibieron las fuerzas policiales a fines de 2013 irritó a los gremios. Ese “salariazo” generó un efecto contagio que parece ser imitado con el lanzamiento del paro por tiempo indeterminado.

Desde el gobierno convocaron a una nueva instancia de negociación para el miércoles. Los gremios harán acto de presencia, pero aseguran que sin propuesta superadora no habrá salida.