Este miércoles, unos 50 trabajadores y trabajadoras del Teatro Colón protestaron en las escalinatas del edificio con un concierto para reclamar por los salarios de unos 400 empleados. También señalaron que no se trata de falta de recursos porque el Salón Dorado se alquila para todo tipo de eventos privados y también se contrata a elencos internacionales. «Dinero en las arcas hay, lo que pasa es que no lo quieren destinar a los trabajadores», explicaron.
Fueron 50 artistas los que protagonizaron un concierto de clásicos sobre las escalinatas del Teatro Colón acompañados de carteles que clamaban por una “Recomposición salarial”.
Hace ocho meses, las y los trabajadores de una de las salas artísticas más imponentes del mundo elaboraron un plan de lucha del que el concierto forma parte.
El cantante del coro estable del Teatro Colón Ramiro Pérez le confió a elDiarioAR su disconformidad con el gobierno porteño encabezado por Horacio Rodríguez Larreta: “Estamos pidiendo una recomposición salarial real a la brutal inflación de este año, que es de tres dígitos, pedimos un aumento que supere esta inflación. Desde el Ejecutivo tienen conocimiento y no nos han dado ningún tipo de respuesta favorable”.
Los trabajadores explicaron que cumplieron con todos los pedidos formales, incluso protestaron dentro del teatro en algunas funciones pero, ante la falta de respuesta, decidieron llevar el reclamo a la calle.
El problema afecta a unos 400 empleados de los cuatro cuerpos estables del Colón: la orquesta, la filarmónica, el ballet y el coro.
«Hoy nuestros ingresos apenas cubren los gastos de vivienda y alimento. Paradójicamente en la ciudad más rica es donde están los artistas que están peor remunerados», denunciaron en un comunicado en referencia al gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
También señalaron que se trata de un «brutal ajuste» dado que los aumentos paritarios corren muy de atrás a la inflación porque mientras el gobierno alquila el Salón Dorado para eventos privados o contrata compañías internacionales, se dejan de lado a los trabajadores y a las producciones locales lo que va en detrimento del futuro de las producciones culturales de la ciudad de Buenos Aires.