La ministra de Trabajo, Raquel «Kelly» Olmos, descartó hoy que el Gobierno tenga pensado implementar una reforma laboral y afirmó que los cambios en los convenios colectivos de trabajo deben contar «con el acuerdo entre los empresarios y el movimiento obrero organizado».
«Propiciamos todo aquello en lo cual hay acuerdo entre el movimiento obrero y el sector empresario, y creemos que Argentina tiene que ganar en productividad, pero que cada vez que eso sucede tiene que estar asociado a una redistribución entre los trabajadores», señaló Olmos al hablar por la radio AM 750.
Al ser consultada respecto a declaraciones del designado jefe de Asesores del Presidente Alberto Fernández, Antonio Aracre, sobre la necesidad de revisar algunas normas laborales, Olmos afirmó que el futuro funcionario reconoció que «era una idea personal» ya que «que el Gobierno no contempla esa iniciativa».
«Nunca hemos pensado en este Gobierno una ley que, en general, está asociada a los eufemismos que usa la oposición para propiciar la derogación de los derechos de los trabajadores», remarcó Olmos.
La funcionaria aclaró que «lo que tampoco negamos, porque de hecho sucede, es una permanente incorporación a los convenios de novedades que tienen que ver con la evolución, con las nuevas condiciones tecnológicas».
En este sentido, citó que en la paritaria de los trabajadores estatales se incorporó «el protocolo 190 contra toda forma de violencia en el ámbito laboral».
También remarcó que «las modificaciones en los convenios colectivos automotriz o petrolero se han dado por la perspectiva de desarrollo de nuevos negocios, como las exportaciones del sector automotriz, o en el caso del petróleo, con Vaca Muerta».
«Lo que impulsamos siempre es que haya un acuerdo entre los trabajadores y empresarios y así es posible incluir una revisión», aseguró la ministra.
Olmos destacó que durante 2022 el ministerio de Trabajo suscribió junto a trabajadores y empresas 1.600 paritarias, y diferenció esta situación a lo ocurrido durante el gobierno de Mauricio Macri, «cuando no había acuerdo y todo resolvía con un arbitraje» de la cartera laboral.