(Por Pablo Maradei) Esta semana, el Ministerio de Trabajo, luego de una compulsa por la representatividad de los trabajadores de prensa, le otorgó al Sipreba, que se fundó en 2015, la personería gremial: «Es un desafío enorme el que tenemos», dijo a InfoGremiales, Agustín Lecchi, su secretario general.
No recuerdo qué sábado exacto del año 2012 fue que nos reunimos por primera vez en la sede de la Asociación Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA). Por supuesto que recuerdo el porqué: empezaba a nacer Sipreba, el Sindicato de Prensa de Buenos Aires que, luego de 11 años, esta semana obtuvo su personería gremial; la mayor cocarda a la que cualquier gremio puede aspirar. Y como la pelea era contra poderosos, aquellas reuniones, que eran restringidas, se habían gestado de boca en boca entre compañeros periodistas. A mi me llegó la invitación de quien fuera mi compañera y colega de redacción, hoy ya no en este plano de la vida, Verónica Frittaoni. Recuerdo que en esas reuniones habremos sido una treintena de personas. Participé siempre de las asambleas en el Grupo Clarín y, paradójicamente, me especialicé en sindicalismo.
“Esta fue una conquista histórica y colectiva de la que participaron muchos compañeras y compañeros a lo largo de los años, pero si hay que poner un punto de partida fueron los despidos en Clarín en el año 2000, pero cada una encontrará el suyo”, reflexiona Agustín Lecchi, secretario general del Sipreba, en conversación con InfoGremiales.
Sobre ese hito en la historia del periodismo cala en el recuerdo de los trabajadores de Prensa la inacción del sindicato que supo tener la personería gremial hasta esta semana y supuestamente representarnos en, por ejemplo, paritarias en la que se discutía el nivel del pobrismo del salario del sector. Hablamos de la Utpba, la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires, entidad que esta semana perdió la representación sindical de los periodistas y fotoperiodistas. Es que el Ministerio de Trabajo vio la realidad: que la Utpba era una cáscara vacía y que la representatividad, por cantidad de afiliados y legitimidad, está en el Sipreba.
Agrega Lecchi: “Si bien hubo cosas para reivindicar y que hubo buenos dirigentes que eran parte de la Utpba y hoy lo son de Sipreba, lamentablemente el sindicato se fue degradando y alejándose de las redacciones y de las luchas traicionándonos”. Completa la idea: “Uno de esos casos son las paritarias de los gráficos que se negociaban a espaldas de los trabajadores; quienes nos enterábamos lo que se estaba discutiendo sin ningún ida y vuelta”.
En este nuevo horizonte «que trae desafíos enormes» lo que viene es “redoblar los esfuerzos, revertir la precarización laboral, la pérdida del poder adquisitivo, regular las nuevas tecnologías; en definitiva defender el Estatuto y los convenios que se fueron degradando a la par que nuestro oficio”.
Matizando la conversación, un ex delegado de la Utpba compartió con InfoGremiales algunas reflexiones como que “la Utpba no tomó el asesinato de José Luis Cabezas como bandera; en sus propios laberintos la Utpba ni siquiera le otorgó la valoración que otros gremios tuvieron para sus mártires como fueron José Rucci, Felipe Vallese y tanto otros”.
Y se animó a compartir estos párrafos:
En razón de hablar de la UTPBA, hay cuestiones en su contra y otras de que no le son propias.
Propias?
Haber denostado por inacción los derechos legítimos de sus trabajadores y trabajadoras en pos de mantener su propia estructura, mientras los cambios, variaciones de trabajo, tecnología y más cercenaban el oficio periodístico.
Propias?
Haber sumado a otros hombres y mujeres de oficios varios para “hacer número” en ocasión de asambleas conflictivas cuando sus bases comenzaban a evaporarse.
Hubo asambleas donde la participación de artesanos y otros oficios en los debates les brindaron un cariz lisérgico e inaudito, imposible no recordarlo.
Propias?
Se sabe que el desamparo es una vivencia cotidiana de los trabajadores y trabajadoras argentinos, pero corresponde señalar que la Utpba, ni siquiera en las audiencias ante el Ministerio de Trabajo (gobierno macrista y más) no sólo no estuvo a la altura de las circunstancias, sino que dilató los procesos, escatimó esfuerzos y siempre se preocupó por su propia y débil estructura.
Propias?
Ser delegado de la Utpba fue muchas veces tener que enfrentar a la propia estructura sindical, enquistada en su cubil, en su limitada órbita de inacción, incluso frente a las patronales.
Propias?
Para no ahondar en detalles y sobre temas recientes, el desamparo de esos delegados fue en muchas ocasiones el tener que asumir “per se” la defensa de compañeros y compañeras monotributistas, desamparados ante una conducción sindical que no los consideró “pares” o “parte de la historia” y llegó a intentar cuestionar a los delegados que bregaron por conseguir alguna mínima mejora para esa gente que, siendo breve y preciso “paga para trabajar” incluso en formato de fraude laboral.
Propias?
El desgaste de los delegados, o muchos de ellos, es común e inaudito a la hora de considerar que ellos y ellas representan la defensa, primera y más cercana de los trabajadores.
Han existido asambleas, no sólo en tiempos de pandemia, donde esos delegados fueron desautorizados ante el propio colectivo que representaron.
Las cuestiones que no le son propias a la UTPBA
Ante una creciente tendencia a minimizar los derechos colectivos de trabajadores, por imperio de la lisergia libertaria, hay muchos compañeros y compañeras que eligen como enemigos a sus delegados. Llegan a considerar incluso que son “los jefes” de los delegados y les exigen, reprochan o denostan por frustraciones que por el camino de las propias, y paso a paso, se convierten en colectivas.
Léase, acá la UTPBA no es responsable en soledad de algo que lamentablemente va creciendo en la sociedad argentina y sería largo de enumerar.