Los gremios de la oposición anticiparon ayer que hoy esperan una amplia adhesión al quinto paro general a la administración kirchnerista. Con epicentro en los gremios del transporte, la medida de fuerza impulsada por la CGT de Hugo Moyano, la CGT de Luis Barrionuevo, la CTA de Pablo Micheli y el sindicalismo de izquierda buscará tener la misma trascendencia que la realizada el pasado 31 de marzo.
La agenda de reclamos incluye un ajuste salarial por inflación superior al 30%, la modificación del piso del Impuesto a las Ganancias, medidas para combatir la inseguridad y un ajuste de emergencia para los jubilados.
Desde el kirchnerismo, distintos funcionarios aseguraron que se trata de una protesta “para perjudicar al Gobierno porque no tiene fundamentos”, a la que le encuentran tintes políticos partidarios.
“Hace tres años que hemos planteado una agenda de reclamos y no hemos tenido respuesta. Este tema lo resuelve la Presidenta y lo resuelve fundamentalmente la mano derecha de ella, que es el ministro de Economía Axel Kiciloff”, sostuvo el jefe de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo.
Mientras que la CTA Autónoma tuvo su momento de protagonismo en la tarde de ayer, cuando movilizó desde el Obelisco hasta el Ministerio de Trabajo, por la mañana los que encontraron su momento fueron las expresiones sindicales de izquierda que motorizaron los piquetes a los principales accesos a la Ciudad.