El dirigente de la CTA, Hugo Yasky, resumió sus argumentos para respaldar la reforma de la jornada laboral en Argentina entre los que se encuentran una mejor distribución en las tareas de cuidado, mejor descanso, mayor libertad y disponibilidad del tiempo, reducción de gastos energéticos, entre otros.
En una nota de opinión redactada para Télam, el dirigente sindical y legislador Hugo Yasky, aborda el debate sobre la reducción de la jornada laboral y argumenta a favor de esta actualización: «En el último siglo, el que va de 1920 a 2020, la productividad del trabajo se multiplicó por cinco. Sin embargo, las trabajadoras y los trabajadores siguen cumpliendo la misma jornada laboral de 48 horas semanales que se instauró, en el caso de nuestro país, hace más de 100 años».
Yasky reconoce que en este aspecto «la legislación argentina está atrasada» y señala que esto se debe a que «hay sectores que tienen anteojeras y prejuicios a la hora de abordar el tema«. Que reclaman por la productividad aunque ya se haya quintuplicado en esos 100 años y «con muy pocos beneficios para el trabajador en lo que refiere al uso libre de su tiempo. Algo elemental que pocas veces se pone sobre la mesa al hablar de libertad», marcó.
Aún así, consideró que la productividad del trabajo «si se reduce la jornada diaria probablemente aumente» dado el efecto de un mayor tiempo de descanso.
Entre las observaciones a los países que ya tomaron esta medida, Yasky enumera que «se logró disminuir los accidentes laborales, el ausentismo y la conflictividad laboral. También disminuyen ciertos costos variables como el gasto energético«.
«Esto demuestra que no es sólo una demanda sectorial, sino que conlleva evidentes ventajas para el conjunto de la economía incluyendo por supuesto a las empresas involucradas», agregó.
También recordó que otro buen motivo para abordar los proyectos que plantean la reducción de la jornada laboral relacionado a la diferencia entre la organización familiar de 1920 y la de ahora: «Gran parte del trabajo socialmente necesario en las tareas de cuidado eran absorbidas con exclusividad al interior de las familias por las mujeres» y eso ya no es mayoritariamente así.
«En suma, aggiornar nuestra legislación desactualizada reduciendo la jornada laboral generaría efectos positivos económicos, sociales, culturales, medioambientales, de igualdad de género, entre otros«, resumió.