Los camioneros pasarán por las urnas en septiembre próximo. Hugo Moyano ya avisó que irá por su novena reelección. Está en duda la fórmula con Pablo, su hijo mayor, con quien mantiene una relación desgastada. Si se termina de quebrar el binomio Pablo deberá abandonar la conducción de la CGT. No se descarta que se vaya del país.
Tras una cumbre la semana pasada, la Comisión Directiva del Sindicato de Camioneros de CABA y la Provincia de Buenos Aires confirmó que los camioneros pasarán por las urnas en septiembre próximo. Será apenas un mes antes de los comicios generales que definirán el próximo presidente de la Nación.
La certeza es que Hugo Antonio Moyano buscará su novena reelección al frente de la organización que hoy lidera junto a su hijo Pablo como secretario Adjunto.
La fecha de los comicios puso a funcionar el reloj. Es que le dio inicio a la cuenta regresiva para que padre e hijo recompongan una relación que en el último tiempo sufrió un fuerte desgaste que empezó a visibilizarse, también, en las homoepáticas apariciones públicas de Hugo. Muchas de ellas a contramano de las decisiones de su primogénito.
Pablo ya dejó su lugar en la Federación de Camioneros, en la dirección en la aseguradora Caminos Protegidos, en la estructura de la Asociación de Camioneros Profesionales y en la conducción de la obra social sindical (Oschoca).
Por ello es clave la fecha en la que se presente la lista ante la junta electoral. Si Pablo se aleja de su lugar en el Sindicato se queda sin una base desde la cual apalancar su lugar como cosecretario General de la CGT.
«Difícil que puedan recomponer» le explicó a InfoGremiales una fuente importante del sindicato con llegada a los dos lados del Río Bravo dentro de la familia camionera. De todas formas no deja de tener ribetes familiares por lo que siempre hay retorno.
La situación toma una gravedad adicional por el contexto político nacional. No sería sorpresa para nadie que en un eventual gobierno de Juntos por el Cambio, en caso de que la oposición gane los comicios, Pablo Moyano sea uno de los dirigentes sindicales apuntado por causas judiciales. Sin el paraguas del sindicato su vulnerabilidad sería aún mayor.
Algunos conocedores de los pasillos camioneros lo ven a Pablo incluso con chances de abandonar la actividad gremial y hasta barajan la posibilidad de que se vaya del país y se radique en España. Sería raro, pero no imposible.
La fuente de la discordia entre los Moyano, a pesar de las miradas divergentes respecto de la política partidaria y sindical, es el manejo de la obra social sindical. Allí reina Liliana Zulet, la última esposa de Hugo. La situación financiera de la institución no es la mejor y las prestaciones vienen sufriendo las obvias consecuencias desde hace unos años. De hecho son varios los videos que circulan en los que se ven distintos reclamos ante la propia Zulet por la falta de atención.
A contramano de la decadencia de la Obra Social hay una prosperidad de Iarai, la gerenciadora de la obrar social sindical que está a cargo de Valeria Salerno y Juan Manuel Noriega Zulet, los hijos de Liliana Zulet.