El secretario de Relaciones Internacionales de la CGT y jefe de la delegación sindical argentina en la 111° Conferencia Internacional del Trabajo (CIT), que delibera desde hace tres días en Ginebra, Suiza, Gerardo Martínez, reclamó hoy ante los delegados mundiales del organismo laboral tripartito «un cambio en la arquitectura financiera mundial».
Al exponer en representación de los trabajadores, Martínez reclamó «un cambio en la arquitectura financiera mundial, en especial respecto del rol protagónico que mantiene el Fondo Monetario Internacional (FMI)», afirmó el dirigente ante la asamblea del trabajo.
«Ante las realidades observadas en la última década los trabajadores reclaman un cambio en la arquitectura financiera mundial, en especial en el rol protagónico que mantiene el FMI. El aumento de la desigualdad, la precarización, la informalidad y la pobreza impiden el progreso de los países en vías de desarrollo», puntualizó el dirigente en su discurso.
El titular de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra) e integrante del Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) también sostuvo que durante la grave pandemia de coronavirus el movimiento obrero solicitó que «las vacunas fuesen un bien social para la totalidad de la población, pero nadie escuchó el mensaje».
«El FMI es un organismo con muy mala reputación en las regiones en vías de desarrollo. De ahí la exigencia de un cambio en la arquitectura financiara mundial», puntualizó.
El dirigente sindical, como todos los años, expuso en la Conferencia de la OIT en representación del movimiento obrero argentino, y enfatizó que «es el momento de generar un nuevo contrato social que ofrezca respuestas a las impostergables demandas económicas, productivas y sociales», y señaló que los trabajdores requieren propuestas de recuperación sobre «la base de un enfoque basado en derechos y progreso social».
«El movimiento sindical promueve el tránsito de la informalidad a la formalidad y un futuro del trabajo con un piso de protección social y laboral garantizado. La educación es central en la estrategia de inclusión. No es posible hablar de trabajo sin educación. Los trabajadores no tienen miedo a la modernidad y a los cambios tecnológicos», sostuvo.
Martínez añadió ante los representantes del mundo del trabajo en el organismo laboral tripartito mundial que sin embargo «los hechos demuestran que los beneficios no son compartidos», por lo que exigió que «las inversiones ofrezcan empleo a partir de un Estado regulador que compense los costos sociales de la transición», por lo que ratificó la necesidad de convenir un nuevo contrato social, enfatizó el dirigente en su discurso.
«Los datos de la región de las Américas son alarmantes. Sus economías enfrentan un complejo escenario externo, marcado por el bajo crecimiento de la actividad económica y del comercio mundial. Según las proyecciones de la Cepal, se estima un crecimiento promedio del 1,2%, insuficiente para que la recuperación alcance a todos», denunció.
Martínez sostuvo además que más del 50% de la población «está en situación de pobreza y padece violaciones permanentes a la libertad sindical y límites a la negociación colectiva, por lo que se requiere el respeto y cumplimiento de derechos y principios fundamentales».
«En la región se requiere el respeto y cumplimiento de esos derechos y principios fundamentales que promueve la OIT. En la Argentina hay una crisis de credibilidad política que golpea los esfuerzos del Gobierno por ordenar la macroeconomía. Se cumplieron 40 años de la recuperación democrática, en un contexto en el que la eficacia de la política como reparadora de las deudas sociales está en tela de juicio», aseguró Martínez.
El dirigente añadió que ante «el intento de instalar la intolerancia política y social es preciso establecer condiciones básicas de gobernabilidad política y económica», y sostuvo que en las democracias occidentales «la política es la llave maestra para resolver los problemas estructurales de los países», por lo que convocó a «la concertación y el diálogo en representación del movimiento sindical argentino», puntualizó en su discurso.
Martínez sostuvo que esa concertación y diálogo son condiciones esenciales para generar políticas de Estado hacia el mediano y largo plazo, porque «la gravedad de la situación exige que nadie especule, ya que ninguna fuerza política podrá resolver los problemas estructurales de la Argentina desde la absoluta soledad», apuntó en su disertación.
Por último, Martínez resaltó «la firmeza del Gobierno para mantener el espacio de diálogo social, que permitió ejercer de forma libre las paritarias, que son un derecho y una herramienta fundamental para defender el poder adquisitivo de los salarios», y destacó «el fortalecimiento del sistema de seguridad social para mejorar las prestaciones de las poblaciones más vulnerables», a la vez que se pronunció por «apostar al desarrollo, la producción y el trabajo como pilares de la justicia social que alguna vez tuvo el país».