El Gobierno nacional oficializó la derogación del decreto 870/18 que había promovido la gestión del expresidente Mauricio Macri sobre el Puerto de Buenos Aires y que determinaba la utilización de una única terminal operativa, para volver a promover el uso y operación de las terminales interior y exterior y el mantenimiento de los puestos de trabajo.
En un acto encabezado esta tarde en el Salón de las Mujeres del Bicentenario de Casa de Gobierno, ante más de un centenar de dirigentes gremiales, el presidente Alberto Fernández dijo que esta medida es «la mejor forma de modernizar un puerto tan importante, el principal punto de ingreso y egreso de importaciones y exportaciones».
Acompañado por los ministros de Transporte, Diego Giuliano; y de Trabajo, Raquel ‘Kelly’ Olmos, Fernández refirió que quienes hablan de «modernización» y buscan «achicar y entregar a un solo operador de modernización no tiene nada de moderno».
Con esto «se discute el monopolio», señaló el mandatario, con la idea de «abrir el Puerto de Buenos Aires a más operadores», porque «el monopolio se adueña de precios y tarifas, y los precios finales empiezan a alterarse».
Para Fernández, «desmonopolizar es muy moderno» porque «tiende a la pluralidad del manejo tan importante como el del puerto» y resaltó «la competencia» para que «abarate costos de bienes y que sean menos costosos ingresarlos o sacarlos».
Recordó que su Gobierno ha sufrido «a Macri, la pandemia, la guerra y la sequía, pero nunca dejamos de defender y preservar las fuentes de trabajo, ni se dictó una norma que genere desempleo».
«No hemos quitado ni un derecho social en la Argentina», resaltó el jefe de Estado, y agregó que en este caso «estamos garantizado fuentes de trabajo de trabajadores portuarios».
Fernández recordó que «otros no piensan igual que nosotros» sino que pregonan «que el mercado determine quien trabaja y quien no».
«Con esa lógica vieron cerrar 23 mil pymes, sin inmutarse; una caída del salario del 20%, sin inmutarse; y son los que dicen en Jujuy que no van a doblegarse por los que queremos seguir preservando los derechos de los que trabajan, derechos pueblos aborígenes y reclamar ante las autoridades, que es la protesta», completó.
«Vamos a seguir cuidando el puerto», porque «gobernar es crear trabajo y preservarlo», finalizó.
Por su parte, Olmos manifestó que «el alcance de este decreto suscripto por el Presidente es para el funcionamiento del Puerto de Buenos Aires y la tarea del Ministerio de Trabajo es acompañar la preocupación de los trabajadores».
«Una Nación como la nuestra tiene en el transporte fluvial y marítimo un aspecto muy importante de su soberanía nacional y son los trabajadores argentinos quienes mejor observan y prestan la atención adecuada a las condiciones que favorecen o no esa búsqueda de soberanía», resumió.
«Nos preguntamos que es modernidad», consultó, y respondió que «la modernidad es la movilidad social ascendente».
Un documento de la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval (Fempinra), que encabeza Juan Carlos Schmid, dijo que en el acto acompañaron al Presidente y a integrantes del Gabinete nacional los dirigentes sindicales que integran la organización marítima, portuaria y de la industria naval nacional.
Schmid ratificó la tarea realizada por Olmos y Giuliano y sostuvo que ambos funcionarios «dieron el puntapié final para reivindicar los reclamos que se produjeron durante casi un lustro para derogar el decreto».
El decreto 870/18 determinó la utilización de una única terminal operativa, en tanto con su derogación el Gobierno promueve ahora el uso y operación de dos terminales (interior y exterior) del puerto metropolitano y el mantenimiento de los puestos de trabajo.
«En 2018, mientras se lograba sostener las fuentes laborales en el Puerto de Buenos Aires con resistencia y lucha, Mauricio Macri puso en marcha un dispositivo legislativo que implicó otra vez el resquebrajamiento de la golpeada estructura portuaria», dijo Schmid.
El dirigente, que integra el consejo directivo de la Confederación General del Trabajo, aseguró que «la respuesta a esa situación fue contundente con unidad, organización, paros y movilizaciones, que demostraron la firmeza gremial ante una medida nociva para el comercio exterior».
«El acompañamiento y trabajo de los delegados y las comisiones de los gremios que integran la Fempinra fue clave para definir la situación de manera favorable. De esa manera se quebró la lógica de la integración vertical promovida por navieras y operadores portuarios, que maniatan a los gobiernos en el diseño de la logística», concluyó.