El denominado «humanismo tecnológico», modelo en el que la tecnología está al servicio de las personas y su desarrollo, es una tendencia fuerte en el entorno laboral, aseguraron especialistas.
«En un mundo cada vez más tecnológico, se requiere el sentido humano en el trabajo, no sólo para aportar al uso de las nuevas tecnologías, sino también para generar conexión entre las personas», aseguró Alejandro Desimone, vicepresidente de Talento Humano de la aseguradora Sura.
La hiperconectividad y la globalización transformaron el trabajo y la forma en la que las compañías generan empleo; realidad virtual, realidad aumentada, la nube, big data, robots, automatización y plataformas colaborativas son algunas de las tecnologías que impactan en el mundo laboral.
Además, los mercados laborales ya no tienen fronteras geográficas y empiezan a concebirse como un único lugar en el mundo, por lo que la puja por el talento humano ya no es local sino global.
Por ello, las empresas deben redoblar los esfuerzos para brindarles a sus colaboradores una oportunidad que se ajuste a este nuevo paradigma.
Para Magdalena Urdampilleta, líder del Observatorio de Tendencias de la compañía aseguradora latinoamericana, entre las nuevas tendencias en el mundo laboral, una de las más importantes es «el humanismo tecnológico, que busca conciliar la implementación tecnológica con la promoción y protección del bienestar humano».
“La tecnología no destruye el trabajo realizado por el ser humano, al contrario, lo potencia; reconoce el valor intrínseco de los seres humanos y busca asegurar que el progreso tecnológico se oriente hacia el beneficio y la realización de las personas”, sostuvo Urdampilleta.
De allí surge el concepto de «cobotización» (trabajo colaborativo entre seres humanos y robots), que hace que las personas ocupen menos tiempo en actividades rutinarias automatizables, cometan menos errores y puedan realizar tareas con un mayor grado de complejidad, interconexión y relacionamiento.
“El avance de la ‘cobotización’ ha generado un impacto significativo en la forma en que trabajamos; a medida que los robots asumen algunas de las tareas e interactúan de forma segura y colaborativa, los empleados tienen la posibilidad de enfocarse en actividades de mayor valor agregado”, aseguró Desimone.
Si bien la tecnología puede ser una herramienta valiosa en la gestión del talento humano, el enfoque humanista implica considerar siempre el impacto en el bienestar de los colaboradores y mantener una comunicación transparente y abierta.
Para aprovechar al máximo este cambio en el panorama laboral, algunas empresas han implementado programas de «reskilling», que proporcionan espacios de capacitación y desarrollo para adquirir las habilidades necesarias y altamente valoradas en la era de la «cobotización».
“Al invertir en el ‘reskilling’ estamos asegurando su empleabilidad a largo plazo y promoviendo una cultura de aprendizaje continuo que pueda responder a los desafíos actuales y futuros”, completó Desimone.