Los empleados de ese medio de transporte se movilizaron la semana anterior hacia esa Secretaría desde el Congreso en reclamo de la reincorporación de los cesanteados y el cese de la persecución a los representantes gremiales, reseñó el representante de base.
«Transporte tiene la llave para destrabar el conflicto ante la intransigencia de la empresa Monsa-Línea 60», puntualizó.
El delegado explicó que el conflicto se originó por «las múltiples presiones de la patronal y el desconocimiento del convenio colectivo y las leyes laborales» y ratificó que las protestas «no afectan a quienes viajan, porque se decidió prestar el servicio sin cobrar el pasaje, aunque la empresa intentó impedirlo con un look-out que dejó sin colectivos a más de 250.000 usuarios».
Schwartz ratificó la necesidad de «urgente intervención» del gobierno nacional y sostuvo que el Ministerio de Trabajo y la Secretaría de Transporte tienen «en sus manos la posibilidad de resolver el problema, porque de la empresa solo se puede esperar afán de lucro y desconocimiento de los derechos laborales».
A su vez, el secretario general de la Unión de Conductores (UCRA), Silverio Gómez, agrupada en la CTA Autónoma, expresó «la solidaridad» de la corriente gremial con el personal de la línea 60 y afirmó que el sector decidió estrechar «los vínculos para estar presente en lo que haga falta».