Oscar Rojas es titular del Sindicato de Maestranza desde 2003. Histórico integrante de la CGT Azul y Blanca y aliado de Luis Barrionuevo. Se sumó a la candidatura de Javier Milei y la semana pasada encabezó una protesta en Aysa que fue mirada con la lupa política.
Oscar Rojas activó hace algunos días una sorpresiva y violenta protesta en la sede de AySA, la empresa estatal que lidera Malena Galmarini, la esposa del ministro-candidato Sergio Massa, con un llamativo reclamo: una supuesta deuda por aportes sindicales que tendría la firma tercerizada La Mantovana SA, que brinda servicios de mantenimiento a AySA y que emplea a los trabajadores afiliados al gremio de Rojas.
Durante la manifestación, un grupo de militantes del sindicat irrumpió con panfletos y banderas en las oficinas de la empresa estatal, provocó destrozos en las instalaciones y agresiones a otros trabajadores de la dependencia, situación que determinó la intervención de efectivos de la Policía para contener a los manifestantes y evitar que escalen los incidentes.
Tras la protesta, la conducción de AySA denunció penalmente a Rojas y al resto de la conducción del sindicato de Maestranza por los delitos de coacción, daño agravado y entorpecimiento de servicios públicos.
La denuncia, formalizada por la representante legal de la empresa, María José Labat, fue sorteada y quedó ayer en manos del Juzgado Criminal y Correccional Federal N° 12, que instruirá ahora las medidas de prueba correspondientes.
Rojas, más conocidos en el mundo sindical como «rojitas» es un histórico aliado de Luis Barrionuevo, el primer mielísta. Integró su CGT Azul y Blanca y ahora se encolumnó en el respaldo al libertario por lo que la protesta contra Galmarini quedó teñida de campaña.
Rojas está al frente del gremio de Maestranza desde 2003. Desde entonces tuvo algunos episodios que lo tuvieron en el centro de la escena mediática, como cuando en 2011 mataron al tesorero del gremio y la esposa del difunto lo echó del funeral por lo que, la reacción, levantó sospechas sobre su actuación.
O como cuando en 2013 secuestraron a su hijo Matías en Monte Grande y públicamente no quedó claro su pagó un rescate de 30 mil dólares o de 10 mil dólares.
Al margen de esos episodios es un gremialista de perfil subterráneo. En junio de este año renovó su mandato al frente de la organización por otros 4 años encabezando la Lista Verde. Lo que son los giros de la política: a esa altura respaldaba la candidatura presidencial de Eduardo «Wado» De Pedro.