La CGT había terciado para que Sergio Massa sea el candidato de Unión por la Patria cuando había chances de que se opte por otros dirigentes. Después movilizó su activismo como pocas veces en los últimos años. «La CGT va a contribuir al gobierno de unidad nacional», adelantó Héctor Daer.
Faltaban unas 96 horas para el cierre de listas. Unión por la Patria, todavía en estado de ebullición y deliberativo, tenía al menos dos contendientes cerrando listas para competir en unas PASO. Alberto Fernández no daba el brazo a torcer y mantenía su propia nómina. «Tenemos que llegar a una síntesis», repetían los dirigentes en privado.
Antes la CGT ya había hecho público un pronunciamiento titulado «Unidad, responsabilidad, federalismo y un proyecto de país más igualitario para triunfar». Era un respaldo a los sectores internos que impulsaban la designación de una «fórmula competitiva única» de cara a las PASO. Lo mismo reclamaba el ministro de Economía, Sergio Massa.
Más tarde, tras haberlo consensuado con los gobernadores, hablaron con Alberto Fernández. Le dijeron que no estaban de acuerdo con la competencia entre «Wado» de Pedro y Daniel Scioli y que había que conseguir un candidato de consenso. Siempre tuvieron en la mira al ministro de Economía. Horas después llegó la síntesis y la fórmula: Sergio Massa – Agustín Rossi.
Militaron fuerte para las PASO y le ofrendaron un acto en el DirecTV Arena de Malvinas Argentinas. Hicieron asambleas y hasta volantearon en las estaciones de trenes. El resultado de las primarias los dejó tocados. Se golpearon el pecho en las malas, sostuvieron que fueron los únicos que se jugaron por Massa y siguieron.
En los últimos meses se llevaron el guiño de Ganancias, la rebaja del IVA y la apertura de la discusión legislativa sobre la duración de la jornada laboral legal. Movilizaron para acompañar y también para agradecerle al ministro candidato.
El domingo volvieron a hacer acto de presencia en el bunker de Unión por la Patria, había activismo y banderas. Mostraron una unidad como no sucedía desde hacía mucho tiempo. Todas las tribus y todos los espacios con la excepción, conocida, de José Luis Barrionuevo.
Ahora creen que hace falta el último empujón. El balotaje puede darles el presidente más cercano de las últimas décadas. «La CGT va a contribuir al gobierno de unidad nacional que va a construir el compañero Sergio Massa», adelantó Daer el mismo domingo.
La militancia sindical está en estado de alerta. A pesar de que Massa habló de la chance de modernizar la legislación laboral, creen que será una gestión que los tenga como protagonistas en cargos y la toma de decisión. Eso mismo proyectaron con Alberto Fernández pero se les truncó. Creen que ahora sí les llegó el momento.