El conflicto en la Línea 60 parece interminable. Ya supera las tres semanas y la situación es cada día más compleja. Por ello en la jornada de ayer los choferes movilizaron por el centro porteño para visibilizar el reclamo y después recalaron en el Ministerio de Trabajo en busca de respuestas.
Fueron recibidos por funcionarios de la cartera laboral que ratificaron «la plena vigencia de la conciliación obligatoria dictada hace algunos días» en el marco de las audiencias realizadas en esa cartera, y que «no fue acatada», en tanto aseguraron que fueron dejados sin efecto los 48 despidos que motivaron la extensa protesta.
El encuentro fue encabezado por el jefe de Gabinete de Asesores de Trabajo, Norberto Ciaravino, quien informó a los delegados que «se dejaron sin efecto los 48 despidos dispuestos durante el extenso conflicto y que motivaron las últimas medidas de fuerza».
Delegados y funcionarios también analizaron temas planteados por los trabajadores respecto de las condiciones laborales, informó un comunicado de prensa del Ministerio de Trabajo.
Sin embargo la cabecera sigue sitiada, las unidades no circulan y la empresa Monsa continúa con el lock out patronal, al momento que envía intimaciones a los trabajadores para que retomen sus tareas.
En ese clima espeso, que tiene como protagonistas a policías y barras que defienden los intereses de Monsa, los empleados volverán a reunirse hoy para tratar de encontrar una salida a un conflicto que parece no tenerla.