“Tomó la decisión de no apoyar a ningún candidato y mantendrá un rol institucional”, contó su hijo Facundo Moyano, candidato a diputado del Frente Renovador, que fue el encargado de dar a conocer la postura que adoptará su padre, el jefe de la CGT opositora.
En declaraciones a radio Vorterix, el dirigente massista sostuvo que el camionero «se ha mantenido en una posición neutral esperando quien sea el Presidente en el año 2016 para sentarse como sindicalista que es y defender lo que institucionalmente tiene que defender, que son los derechos de los trabajadores».
El referente del gremio de los peajes aseguró que su hermano Pablo, secretario adjunto del sindicato de Camioneros, también mantendrá neutralidad de cara al proceso eleccionario.
Así, la estrategia de Hugo Moyano es clara: no apoyar explícitamente, pero a la vez no sacarle bolilla negra a ninguno de los candidatos. Una jugada que implica una especie de apertura de crédito a Daniel Scioli, el aspirante oficialista que puntea las encuestas.
Tras una serie de paros de claro tono opositor, Moyano ya dejó claro su mensaje a futuro: mostró los dientes y blanqueó su ambición de seguir siendo un actor de peso en el juego del poder.
En esa línea, tiene vasos comunicantes con los tres presidenciables mejor ubicados: Mauricio Macri (él mismo estrechó vínculos políticos y hasta económicos), Sergio Massa (vía Facundo Moyano) y hasta Scioli (el canillita Omar Plaini, uno de sus históricos laderos integra la mesa gremial del gobernador).
Consultado después sobre el ajustado triunfo del PRO en el ballotage porteño, y al discurso posterior del líder del PRO, Facundo Moyano lo calificó como «una derrota discursiva y simbólica».
En sintonía con los dichos de Facundo, la neutralidad de papá Hugo tiene un evidente tono de guiño hacia Scioli.