A pocos días de las PASO, tanto desde el macrismo como desde el partido de Sergio Massa se usó como bandera opositora que «los presos cobran más que los jubilados». Una afirmación engañosa y discutible que salieron a retrucar desde el gremio que nuclea a los trabajadores privados de su libertad.
«Al Gobierno le interesan más los presos que los jubilados», denunció directamente Massa. Esa afirmación se basa en el hecho de que el salario mínimo vital y móvil es de 5.588 pesos (sueldo de los presos), 1.767 pesos más que la jubilación mínima, de 3.821 pesos.
Sobre la remuneración que cobran los presos, la ley 24660, vigente desde 1996, sostiene que “el trabajo del interno será remunerado (…) [y que] si los bienes o servicios producidos se destinaren al Estado o a entidades de bien público, el salario del interno no será inferior a las tres cuartas partes del salario mínimo, vital y móvil”.
Pero a fines del año pasado, un fallo de la Cámara de Casación exigió equiparar los derechos laborales de los presos a las de trabajadores en libertad, igualando la remuneración al salario mínimo.
Por otro lado, el sueldo del preso recibe importantes descuentos: aportes correspondientes a la seguridad social; un 10% para indemnizar los daños y perjuicios causados por el delito; 35% para la prestación de alimentos; y un 30% para formar un fondo propio que se le entregará a su salida.
Mientras que alrededor de la mitad de la masa de jubilados cobra más que el haber mínimo.
Rodrigo Díaz, secretario general del Sindicato Único de Trabajadores Privados de la Libertad Ambulatoria (Sutpla), a su vez alertó que de los 62 mil detenidos que hay en la Argentina, sólo 7 mil ganan el salario mínimo pese a que en realidad, son 22.600 los que trabajan.
Díaz además lamentó que trabajar en la cárcel se haya convertido en un privilegio de pocos cuando en realidad debería ser un derecho para todos y vinculó la falta de empleo a la reincidencia del delito cuando los presos recuperan la calle.