En la CGT sacan cuentas de los votos que se necesitan en la Cámara Baja para rechazar el DNU y la Ley Ómnibus de Javier Milei. En una votación que se descuenta apretada se preguntan por el camino que tomarán Pablo Ansaloni y Carlos D’Alessandro los diputados que amagaron con armar la pata sindical libertaria.
En Azopardo sostienen la idea de militar el rechazo a los mega proyectos de Javier Milei en diferentes planos. En el gremial, donde mantienen vigente y activa la convocatoria para el paro general del 24 de enero; en el plano judicial en el que hubo claros avances con el amparo que suspendió el capítulo laboral; y en el plano político.
Este último es el que le quita el sueño a varios dirigentes cegetistas por estas horas. Descontado que la movilización al Congreso será multitudinaria y que eso podría ayudar a terminar de convencer algunas voluntades, el escenario que observan es de gran paridad en Diputados.
«Aprobar tal cual está no la aprueba nadie. No sé si la va a aprobar el 100 por ciento de diputados de La Libertad Avanza. Con lo cual…no tienen aprobación ni van a tener quórum, ni mucho menos», aventuró el propio Héctor Daer.
La declaración pasó desapercibida pero tuvo destinatarios claros. Es que la cúpula de la CGT mira particularmente lo que harán dos de los legisladores de Javier Milei que deberán levantar la mano y podría ser decisivos.
Se trata de Pablo Ansaloni, ex sindicalista de la UATRE, y Carlos D’Alessandro los diputados que amagaron con armar la pata sindical libertaria en el esplendor de La Libertad Avazanza y que ahora deberán resolver si rompen lanzas con sus contactos sindicales o se alinean con ellos y le asestan un golpe al Gobierno.
Ambos se quejaron cuando se presentó el DNU incluso el propio D’Alessandro lo hizo en público: «Tendría que haber habido relación directa entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo para saber qué íbamos a tratar y cómo íbamos a recibir el DNU en la Cámara de Diputados. Pero no sucedió y me molestó que no se consulte al Poder Legislativo».
Ahora de la determinación de ambos puede depender en buena medida el futuro del DNU y de la Ley Ómnibus cuyo rechazo pondrá una multitud en la calle este miércoles.