«Comenzamos el paro hoy (por ayer) a las 5 de la mañana, cuando nos desplazamos en asamblea hasta la planta de gas para garantizar que no ingresen camiones» a esa instalación situada a unos 500 metros de La Rosadita, la residencia de la familia Blaquier, propietaria del ingenio, contó el secretario general del Sindicato de trabajadores del Ledesma (Soeail-CTA), Rafael Vargas.
La medida de fuerza en el mayor ingenio del país había sido ratificada por una masiva asamblea de trabajadores del Ledesma que el viernes último reiteró «el reclamo de salarios y condiciones de vida dignas, estabilidad laboral y más tiempo de trabajo para temporarios y eventuales», precisó el titular del Soeail.
«Con una adhesión al paro que es muy importante y abarca en especial sectores críticos de la producción, permaneceremos apostados para impedir que ingresen camiones con caña trozada para los trapiches y garantizar así el éxito total del paro», añadió.
Vargas señaló que «la empresa intentó una última maniobra al pedir la conciliación obligatoria provincial» a la Dirección de Trabajo de Jujuy, que la concedió el lunes.
«Nosotros recibimos ayer al mediodía la notificación y hoy respondimos fundamentando la no suspensión del paro porque entendemos que a nivel nacional, con el Ministerio de Trabajo, agotamos todas las instancias, tanto la ordinaria de 15 días como la extraordinaria de 5 días más de conciliación obligatoria», dijo Vargas.
El titular del Soeail afirmó que «con esta maniobra la empresa pretendió circunscribir nuestra negociación a la provincia, cuando ya agotamos todas las instancias con el Ministerio de Trabajo de la Nación».
Vargas insistió en que «no corresponde la medida» solicitada por la patronal, que «intentó así una nueva maniobra dilatoria, una práctica desleal que refleja su falta de voluntad negociadora y su negativa a dar las respuestas de fondo que necesita la gente».