Fue en el marco del Consejo del Salario hace exactamente un mes. Julio Cordero, ahora secretario de Trabajo, participó del encuentro en representación empresaria. Antes había ido a verlos como parte de los equipos de gestión de La Libertad Avanza para promover una reforma laboral: «¿A quién representás?», le preguntó Daer por la promiscuidad de las relaciones.
Era el jueves 15 de febrero. El por entonces secretario de Trabajo, Omar Yasin, daba inicio al Consejo del Salario vía zoom. Lo escuchaban congregados en diferentes sitios empresarios y sindicalistas. La primera piedra la tiró Héctor Daer: «¿Vos a quién representás?«, disparó.
El receptor de la pregunta de Daer no era otro que Julio Cordero, el recientemente nombrado secretario de Trabajo. La duda no era sólo de Daer, era una intriga que tenía la CGT en su conjunto. En el Consejo del Salario Cordero participaba desde la cuenta de la Unión Industrial Argentina (UIA).
La última vez que había visto a la cúpula había sido en otro rol. Cordero había sido parte de la comitiva que el gobierno de Javier Milei envió en diciembre a una cumbre reservada en la Uocra para debatir sobre la letra chica del capítulo laboral del decreto 70/2023, que está hoy judicializado a la espera de una definición de la Corte Suprema. Aquella vez, Cordero asistió con el ministro del Interior, Guillermo Francos.
De hecho, fue el único mano a mano de la gestión libertaria con la CGT porque nada de lo que se habló allí se plasmó en el DNU que luego emitió Milei.
En aquella oportunidad el tenso intercambio entre Daer y Cordero abrió el Consejo del Salario, que como se sabe no se alcanzó un acuerdo después de seis horas de debate virtual. Fue todo parte de la estrategia diseñada por el Gobierno con los empresarios para que laude Milei.
Ahora, ya en otro rol, los cegetistas volverán a verle la cara a Cordero. Pablo Moyano lo recibió de manera áspera: «No es un gorila, es una manada de gorilas». Se espera que sea una relación más que tensa.