El titular de la Federación de Aceiteros, Daniel Yofra, declaró en el juicio “Villazo” que investiga la represión desatada en la ciudad de Villa Constitución a partir del 20 de marzo de 1975. En ese marco fue detenido su padre Abraham Yofra. «Es también por el presente de toda la clase trabajadora», aseguró el dirigente.
Desde noviembre de 2023 se realiza el juicio por delitos de lesa humanidad en el marco de la causa conocida como El Villazo. Es la investigación de los hechos cometidos contra trabajadores en Villa Constitución en la antesala de la última dictadura cívico militar hace ya 48 años.
Se investiga la responsabilidad de decenas de imputados, entre los cuales se encuentran dos civiles, Roberto Pellegrini, ex jefe de personal de Acindar y Ricardo Torralvo, ex personal jerárquico de la empresa, junto a un ex jefe militar, 21 ex policías federales, un ex prefecto y un ex policía santafesino como autores de la privación ilegítima de la libertad agravada por mediar violencia y amenazas durante la represión desatada a partir del 20 de marzo de 1975.
En esa fecha comenzó el operativo «Serpiente roja del Paraná», una prueba piloto del terrorismo de estado desplegada en el Cordón Industrial de Rosario y que se encarnizó con los trabajadores metalúrgicos y ferroviarios, como respuesta a la histórica protesta conocida como «El Villazo». Los secuestros de las víctimas sucedieron entre el 20 y el 26 de marzo de 1975 y las privaciones de la libertad se prolongaron luego por meses o años, según los casos.
«Fui como testigo referencial por ser hijo de un preso político», contó Daniel Yofra. Su padre, Abraham Selman Yofra, ya no integraba la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) en el momento de la represión: había sido despedido en 1974 de la planta Metcon.
«Me pidieron que sea testigo de lo que yo recordaba y de lo que había vivido también, porque yo lo viví», detalló. «Yo recordaba cuando lo detuvieron, cómo fue el procedimiento y después todo lo que me contó mi viejo».
«Aporté cuando lo detuvieron en Fighiera», localidad cercana a Villa Constitución, «en la casa paterna de él, cuando entraron a detenerlo varios hombres. Yo era muy chico y estaba durmiendo. Junto conmigo estaba mi hermano».
«Y sé por testimonio de la mujer que lo cuidaba y de la hija que era un poquito más grande que yo, que entraron con armas y levantaban las cobijas de la cama donde estaba mi abuelo postrado, con esas armas». Yofra recuerda que revolvieron toda la casa, pero no encontraron absolutamente nada de lo que supuestamente estaban buscando. Incluso, su padre firmó un papel que dejaba explícito que no habían encontrado nada en la casa de su abuelo.
«Y después aporté todas las cosas que he hablado con mi papá», rememoró Yofra. «Después que lo detuvieron en Fighiera, de donde se lo llevaron esposado, lo trasladaron a Villa y posteriormente a Rosario. Y cuando pasó al Poder Ejecutivo Nacional quedó detenido en Coronda, como la mayoría de los compañeros de Villa Constitución. Ahí se encuentra con Alberto Piccinini, con Victorio Paulón, bueno, con todos ellos».
«Anteriormente a eso yo tenía ya un tío preso, Osvaldo ‘el Petiso’ Foresi que era de la Comisión Interna de Acindar. Mi tío era delegado y lo detuvieron en enero del 75, y a mi papá en marzo del 75 conjuntamente con el resto de los compañeros de Villa».
Para el dirigente aceitero, brindar este testimonio fue un momento de gran sensibilidad, y de compromiso con las luchas del pasado, pero también las de hoy. «Lo vi como un aporte a la causa de los trabajadores más que nada», aseguró Yofra. «Por ahí es duro, porque hay familiares, mi viejo que no está más. Mi abuelo que se murió de tristeza al no saber qué había pasado con mi papá. Recordar todas esas cosas siempre en algo te afecta. Pero lo vi como un aporte a la causa. Porque entiendo que más allá de que se haga justicia con aquellos que ya no están, y por los familiares, es también por el presente de toda la clase trabajadora».
En una coyuntura donde hay un gobierno nacional que nuevamente apuesta por políticas represivas contra las organizaciones sindicales y los derechos de la clase trabajadora, la lucha por la memoria, la verdad y la justicia renueva su valor.
«Lo mío fue un relato de algunas cosas que he vivido y otras que recuerdo, que me contó mi papá. Al final, cuando ya en el Tribunal el juez había pedido que si no había más palabras, que lo daba por cerrado, yo le hice un comentario de que desearía que la condena sea ejemplar, porque los que están acusados son dos personas que eran civiles, que eran encargados de Acindar», enfatizó Yofra. «Que yo deseaba fervientemente de que las condenas sean ejemplares, no solamente por lo que dieron la vida por un país distinto, por los desaparecidos, por los encarcelados, por los perseguidos y por los muertos, sino también para que aquellos que también luchamos y que pensamos distinto no tengamos miedo a hacerlo porque nos encarcelan, nos desaparezcan, nos maten o nos persigan. Esa fue mi declaración y el motivo por el cual fui a declarar, obviamente», aseguró el dirigente aceitero.