Un relevamiento de la Unión Industrial Cordobesa (UIC) mostró además que en abril el 45% de las fábricas produjo menos que en el primer trimestre por la caída de ventas sostenida. Además 1 de cada 4 empresas ya tomó la determinación de despedir personal.
El último relevamiento realizado por la Unión Industrial de Córdoba (UIC) marcó que el derrumbe continúa y la luz al final del túnel todavía no asoma. Eso se explica en que el 45% de los consultados admitió tener un menor nivel de producción en abril que en el primer trimestre, que ya había comenzado con serias dificultades. El proceso recesivo, fruto del ajuste y la crisis económica, se mantiene vigoroso.
Frente al año pasado, el panorama es sombrío: baja en la producción, caída de la rentabilidad, menores inversiones y una situación económica general que se ha deteriorado.
«La industria de Córdoba enfrentó un mes de abril desafiante, con el 45% de los industriales reportando una reducción en el volumen físico de producción en comparación con el promedio mensual del primer trimestre del año. Este debilitamiento productivo refleja una desaceleración significativa en la actividad manufacturera, lo cual puede tener serias implicaciones tanto para la competitividad de las empresas locales como para los ingresos del sector», expreso el trabajo revelado por el portal Puntal.
En ese marcó comenzó el recorte de fuentes de trabajo. Si bien siempre se destaca a la industria como un sector que resiste desprenderse de su personal por la inversión en capacitación y perfiles necesarios, el goteo empezó a acentuarse: en abril, una de cada cuatro empresas decidió recortar empleados.
El mismo informe destaca que sin embargo, a futuro, las que piensan algún tipo de ajuste por el lado del trabajo, lo hace proyectando reducciones y no despidos. De todos modos, en la medida en que la actividad no recupere su ritmo, los riesgos de más desprendimientos continúa.
Según el relevamiento, «aunque el 70% de las industrias no variaron su dotación de personal, la reducción del 24% en la cantidad de empleados refleja un impacto sustancial en el factor laboral, indicando ajustes y posibles dificultades en el ámbito laboral. Particularmente crítica resulta la situación en el caso de las micro, donde casi un tercio tomó decisiones que implicaron reducir la cantidad de colaboradores», remarcó la Unión Industrial.
En la otra punta, en la demanda, está el principal problema. El deterioro del bolsillo llevó a una fuerte caída del consumo y eso empezó a impactar primero en el comercio y luego se trasladó aguas arriba hacia a la industria.
«El mes de abril fue testigo de una contracción en la dinámica de pedidos locales. El 51% de los entrevistados experimentaron una contracción en su cartera de pedidos, mientras que un 28% logró mantenerse a flote en un mar de incertidumbre económica», sintetiza el relevamiento.