La medición se realiza en base al Coeficiente de Gini, según el cual cuando el valor llega a 1 (uno) es el máximo de desigualdad en el ingreso, mientras que si tiende a 0 (cero), es el mayor nivel de equidad posible.
Así, al término del segundo trimestre del año, ese coeficiente para la población ocupada alcanzó el 0,37, contra el 0,377 de igual período del 2014.
Este resultado se dio en medio de un crecimiento del 2,2% de la actividad económica, mientras que el índice de Desocupación bajó al término del segundo trimestre al 6,6% desde el 7,1% de igual período del año anterior.
En tanto, a finales del segundo trimestre del año, el salario promedio para la mitad de la población ocupada ascendió a 5.928 pesos mensuales, y el 70% de los ocupados ganaban hasta 9.000 pesos mensuales.
La medición dio cuenta también que el 10 % de los hogares con mayores ingresos, que equivalen el 5,8% de la población, concentra el 20 % de la riqueza, al tiempo que el 10% más pobre -equivalente al 14,5% de la población- explica el 3,4% de la riqueza.