La Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) ofreció las cifras difundidas por el organismo laboral tripartito para señalar que cuando «se desconocen ciertos aspectos del cuidado de la salud el ambiente laboral puede convertirse en un espacio de riesgo para los trabajadores», y aseveró que «los sistemas más expuestos son la piel y el aparato respiratorio».
«Las enfermedades respiratorias están generalmente relacionadas con condiciones medioambientales, cambios climáticos y las diferentes estaciones, pero no son los únicos disparadores. Cualquier elemento que se inspire, como humo de soldaduras, productos químicos o polvos puede afectar las vías respiratorias y causar daños irreparables», sostuvo el estudio.
También señaló que el ambiente laboral es un factor de riesgo para el personal expuesto a gases, humos, sustancias químicas, polvos orgánicos provenientes del cereal, algodón, hongos de mohos de queso, pieles de astracán y zorro y polvos inorgánicos presentes en profesiones como la minería, construcción, moldeadores, fundición y fábricas de vidrio, cerámica y arcilla.
Sin las correctas condiciones de control de ingeniería laboral, ventilación, extracción y/o protección personal respiratoria apropiada, esos agentes en el hábitat laboral pueden lesionar el aparato respiratorio con bronquitis crónica, enfisema, asma, neumonitis por hipersensibilidad, fibrosis y cáncer de pulmón y pleura, enfermedades de extensa latencia que suelen iniciar su sintomatología luego de veinte años de la exposición.
«Las causas que un empleado se enferme en el trabajo son el tiempo de exposición, la toxicidad del riesgo, las condiciones en que expuso y la susceptibilidad individual, por lo que se requiere un diagnóstico oportuno para ser alejado del riesgo y tratado», dijo.
También indicó que el desconocimiento de una posible toxicidad de los materiales, la inadecuada información a los trabajadores sobre herramientas de protección, el incumplimiento de los exámenes de salud periódicos y la ausencia de controles eficientes dificulta el diagnóstico y apropiado manejo de esas enfermedades.
Las enfermedades respiratorias originadas por accidentes o enfermedades en el empleo son prevenibles, pero de no advertirlo pueden causar «severas discapacidades y hasta la muerte».
El trabajador que debute con asma en la adultez, tenga EPOC sin haber fumado y haya tenido empleos de riesgo (agricultor, cuidador de aves, pintor, soldador, industria química, construcción, minería, canteras, entre otros) debe estar atento, ya que puede tratarse de «una enfermedad profesional y, aunque el tratamiento farmacológico sea el mismo, su administración es diferente».
La información fue suministrada por la médica Raquel Pendito, especialista en neumonología y medicina del trabajo; coordinadora de la sección ocupacional de la AAMR y docente en el posgrado de Medicina del Trabajo de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).