Una minoría intensa

El paro de ayer ya deja algunos ejes para poder encarar un análisis de lo sucedido en materia de representación. El epicentro del paro del 10 de abril fue el sector transporte. Con el poder que volvió a demostrar camioneros para detener diferentes actividades y el apoyo de la estructura agrupada en la Conferdeación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), lograron detener puertos, transporte aéreo y terrestre.

Además, el líder camionero volvió a contar con el apoyo estratégico del gremio de señaleros, un sindicato pequeño pero clave en la estructura de los ferrocarriles. Con ese aporte más la adhesión de La Fraternidad, los colectiveros de la UTA que aseguraron que no circularan unidades de corta y larga distancia y bloquearon el subterraneo el transporte estuvo totalmente paralizado.

Este armado, de repsentación gremial que abarca a menos de 500 mil trabajadores, jaquea todas las actividades y condiciona a millones de los demás sindicalizados. La paralización del transporte logró que la huelga disimule su escasa llegada a otros sectores de la economía como el de servicios y la industria. En ambos el armado sindical opositor presentó más dudas que certezas y la mayoría de los gremios decidió trabajar.

En el sector industrial los gremios mayoritarios como son la UOM, SMATA, UOCRA, Alimentación o Molineros decidieron no parar. Sin embargo se encontraron con enormes limitaciones para poder llegar a sus puestos de trabajo.

En el sector servicios también fueron mayoría los gremios que no pararon. Comercio, Bancarios, Luz y Fuerza, Sanidad y Docentes Privados se desmarcaron de la huelga. Sólo los Gastronómicos, Estacioneros, Panaderos y Entidades Deportivas pararon y con limitaciones.

Algo similiar sucedió entre los estatales, donde sólo paró ATE conducido por Pablo Micheli, mientras que UPCN, CTERA y Municipales decidieron no pleagarse a la medida.

De un repaso del número de trabajadores representados, encontramos que entre los gremios que participaron de la medida de fuerza representan a poco más de la mitad del total de representados por los gremios que no adhirieron. Esta minoría intensa, estructurada detrás de un armado alrededor del sector transporte fue el motor del paro de ayer.

Queda claro que en los sectores donde se ocupa a la mayor cantidad de trabajadores como son la industria y servicios, la adhesión sindical al paro era más bien escasa, sin embargo lo que funcionó fue el efecto desalentador de la falta de transporte más el condicionante de los piquetes aportados por la izquierda.

El tema se torna mucho más complejo al mirar las internas dentro de cada uno de los gremios. Algunas conducciones que optaron por no sumarse a la medida vieron que distintas comisiones internas se plegaron al paro. También, como contra cara, muchos de los gremios que pararon fueron castigados por comisiones internas y seccionales que resolvieron desconocer sus determinaciones y acercarse a sus puestos de trabajo.

El movimiento en las bases hace que no todos los compartimentos sean estancos y homogéneos. Veremos si el entramado de alianzas armado para sostener la medida de fuerza logra avanzar sobre los huecos de representación o sucede lo contrario.