El perfil de una hipotética gestión de Cambiemos era previsible, sin embargo eras pocos los que apostaban a que las decisiones de Mauricio Macri iban a ser tan tajantes y tan repentinas. Los despidos, la devaluación, la represión a la protesta social y la amenaza de unas paritarias muy por debajo de la inflación conmovieron a la totalidad del arco sindical y en la CTA parecen acelerar los tiempos para la unidad.
Las señales entre Pablo Micheli y Hugo Yasky son cada vez más claras y tienen un correlato entre las segundas líneas de las dos centrales sindicales que siempre mantuvieron contacto fluido, incluso muy buenas relaciones que llegan a la coordinación de actividades en algunas seccionales.
De hecho desde la CTA Autónoma la invitación a enfrentar al macrismo en unidad en acción ya son una constante y se condice con muchas movidas que se están dando para resistir los despidos en el sector público en muchos lugares de trabajo.
«Hay que unirse para defender el empleo y las paritarias libres», dijjo Yasky días atrás dando cuenta de la posición pública CTA de los Trabajadores.
Aunque la unidad en lo formal es un tema más delicado que llevaría otro proceso, por el momento las dos vertientes ceteístas encontraron en el macrismo el camino para acercar posiciones. Ese acercamiento es algo que desde muchos sectores ya se le pedía insistentemente al propio Micheli y que lo tenía enfrentado con buena parte de los dirigentes de su central.
Por el momento el tema de los «papeles» no será un obstáculo. El inicio del encuentro se dará en la calle, lucha contra el macrismo mediante, y luego, en caso de que haya mayores coincidencias, se verá.
Ahora resta que los referentes principales den el siguiente paso, que es mostrarse nuevamente juntos en público, con una instantánea que retrate la nueva realidad. Y no es improbable que en el futuro cercano se concrete. Sucede que en la CTA ya suena la máxima borgenana: «no los une el amor, sino el espanto». Y en ese contexto todo se hace más sencillo.