El sector de los trabajadores petroleros sigue siendo el más afectado por la ola de despidos y la caída del precio internacional del crudo, por debajo de 30 dólares el barril.
A pesar de que se acordó un precio en el mercado interno para sostener la industria petrolera, las empresas insisten en que la inversión en mano de obra es alta. Así, piden sin explicitarlo bajar los salarios de la actividad o directamente concretar despidos masivos.
«Nuestro pedido se fundamenta en la imposibilidad de continuar sosteniendo una estructura de costos sobredimensionada para el actual nivel de actividad y elevado en dólares respecto de valores históricos y en términos internacionales», dice el documento que la Cámara de empresas de operaciones petroleras especiales (Ceope) presentó al Ministerio de Trabajo y que también recibió la cartera de Energía y Minería.
«En la Argentina esta crisis podría generar la afectación de aproximadamente 10 mil puestos de trabajo en las dotaciones actuales de las operadoras y compañías de servicios», amenaza el apoderado de la Ceope, Julián De Diego, en el texto.
La cifra representa alrededor de un 20% del universo de operarios encuadrados en la actividad. La aplicación del procedimiento preventivo afectaría especialmente a Neuquén donde las empresas de servicios tienen contratado a la mayoría del personal empleado en la industria.
En el gobierno, la postura de Aranguren es la más dura de todas: si los números no cierran, el Estado no debe intervenir. Otros ministros prevén serios problemas sociales en caso de perder una innumerable cantidad de empleos.
Con la suspensión, los trabajadores cobrarán el 60% de su salario sin realizar ninguna actividad mientras las empresas no pagarán cargas sociales.