Tras el retiro de la propuesta salarial del ministro de Educación, Esteban Bullrich, en el marco de la paritaria nacional docentes, se desató la furia de los maestros y un complejo panorama. Es que las negociaciones de Nación, que siempre anteceden a las provinciales, dejaron a los gobernadores con sólo 5 días hábiles para cerrar unas paritarias, ahora, más que caldeadas.
Frente a esto, el titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, recordó que «el tramo de la negociación salarial nacional sirve para ordenar y allanar el camino para poder llegar a los acuerdos provinciales» y, en diálogo con Página/12, precisó que «la pretensión de invertir esa lógica y poner por delante la discusión con las provincias, para después definir el acuerdo nacional, va a abrir un laberinto de conflictos que nos van a retrotraer a las épocas previas a la Ley de Financiamiento Educativo».
«El acta entorpecía las paritarias provinciales», fue toda la explicación que dio Esteban Bullrich, quien sostuvo que la Nación pretende esperar que las provincias cierren sus paritarias antes de hacerlo a nivel nacional, un cambio que responde a que los números que se habían acordado condicionaron a las administraciones de algunos distritos.
Bullrich se había comprometido el martes a llevar el salario inicial a $7.800 este mes y a $8.500 en julio, lo que iba a elevar el piso un 32% en promedio, con picos del 40% en solo 7 de las 24 provincias, lo que equivale al 5% de la base total de docentes en el país. En ese contexto, y a solo una semana del inicio del ciclo lectivo, desde el Gobierno consideran que la realidad fiscal de cada provincia es el único límite a las paritarias.
El comienzo de las clases, previsto para el 29 de febrero, está en riesgo y en estas circunstancias Yasky manifestó que la decisión del Gobierno de retirar la oferta es «un verdadero bochorno» y «un papelón».
«Es imposible creer que el ministro hiciera pública una propuesta y que con posterioridad esto fuera desconocido por el presidente», explicó. En este sentido, el dirigente sindical calificó lo sucedido como «una muestra elocuente de la improvisación o la incapacidad de gestionar en una trama compleja como es la paritaria docente».
Además, Sonia Alessio, titular de Ctera, señaló al mismo medio que «es falso» que primero se deban cerrar las paritarias en cada distrito: «Este es un país federal, cada provincia tiene su ley específica de paritarias. No corresponde hacer esto al revés». Y agregó: «Si el gobierno nacional quiere ayudar a algunas provincias que están en conflicto obviamente puede hacerlo porque los argentinos lo han elegido para eso, está en sus facultades. Lo que no puede hacer es intervenir en una negociación paritaria de los trabajadores».
En medio de la polémica, llegaron las declaraciones del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, quien advirtió que «hay que ser cuidadoso que cada una de las provincias pueda tener los recursos para que las negociaciones lleguen a buen puerto». Además, el funcionario expresó que «se ha tergiversado mucho cuál era la propuesta y algunos han llevado a una cifra que no correspondía», e insistió en que «es oportuno que terminen la negociación las provincias sabiendo cual es el compromiso del gobierno nacional.
Asólo 5 días hábiles del hipotético inicio de clases sobran dudas, sobran tensiones y los acuerdos parecen todavía muy lejanos.