Los pasillos del Senado cuentan que el conflicto empezó sin ser buscado, por el contrario, todos afirman que Gabriela Michetti, vía el Secretario Administrativo Helio Rebot, tanteó un encuentro con Norberto Di Prospero para antes de las fiestas con el fin de encontrar una manera “dialogada” de encarar un ajuste en la planta de empleados. De paso podrían poner en blanco sobre negro otros tópicos pendientes (la situación de la obra social que maneja el Gremio, los fondos que Boudou le había otorgado a APL para capacitación y otras cuestiones menores). Sin embargo, Di Próspero, envalentonado por la movilización que había llevado a cabo en Diputados cuando Emilio Monzó quiso apretar el acelerador del ajuste, se plantó y cerró toda negociación posible. Eso crispó a Gaby que ordenó de inmediato el ajusticiamiento de 2035 trabajadores luego de un sondeo -principalmente con Miguel Angel Pichetto- respecto del acompañamiento de la “Casa” al «sinceramiento» de la situación del personal.
Se vivió, entonces, un enero de una intensidad inusual para el Senado de la Nación con cientos de trabajadores buscando dónde estaban las lapiceras salvadoras, una cadena de delaciones entre compañeros cuidando la quintita propia y un festival de miserias propugnadas principalmente por el Director de Recursos Humanos -Pablo Casals- quien prestó oídos a cuanto “arrepentido” quisiera contar historias recientes sobre ñoquis y otros desaguisados. Vale agregar que la delación en la mayoría de las ocasiones no fue premiada.
Una historia aún inconclusa, con un número de despidos que es menor al anunciado pero que aún así llega a los 1600 trabajadores y se siguen sumando.
Adicionalmente se prepara la batalla legal. Es que es unánime la opinión de los abogados laboralistas consultados por los despedidos, acerca de la pobreza del marco normativo que dio sustento a los despidos y ya se tramitan varios amparos para revertir las cesantías.
La frutilla del postre es que no encuentra el equipo técnico de Rebot y Casals una manera, mas o menos digna desde el punto de vista técnico, de cerrar este circuito que reestructure el número de despidos en “despidos definitivos, pases de permanente a temporaria y/o a contrato de locación y/o pases a permanente con menos categorías”; y otras ingeniosas faenas que se barajan en el Primer piso del Anexo
Y, lo más grave, no existe forma elegante de explicar cómo se salvan los que se salvan, estando este último conjunto integrado tanto por patovicas y personal femenino de boliches que frecuenta la dirigencia de APL, como por personal con años de trabajo en la casa y otros casos pedidos expresamente por Senadores de todas las bancadas.
En este complejo marco, sorprende sobremanera los indicios que marcan un acuerdo subterráneo que -atento los tiempo que corren- son del tipo de tratos que irritan a la Fiscal de la Patria, la Dra. Lilita Carrio de Macri.
Uno de las pocas sobrevivientes de la gestión Amado Boudou es la Directora de Eventos del Senado, Majo Lagorio -ladera de Javier Grosman hasta el 2011- quien habría acordado su pase a la escudería PRO luego de una larga charla con Rebot. Este pase implicaría completar la planta de su Dirección con contratos de locación “sugeridos” por el tandem Rebot/Michetti, haciendo extensiva esta incorporación a otro número de contratos “sugeridos” por Di Próspero.
En este marco se entienden tanto las repentinas vacaciones que se tomó a fines de enero (en pleno conflicto por los despidos) como sus declaraciones últimas dónde respaldó el achique de Michetti. «Hoy hay un Senado que había que ordenar y se lo está ordenando paulatinamente. Con toda responsabilidad, el diagnóstico (de Michetti) lo compartimos”, sostuvo el titular de APL.
Desde lo político el furioso Kichnerismo de Di Próspero parece ser cosa del pasado, mientras que desde lo gremial enfrentará un proceso electoral este año ,sin compromiso formal a la vista, pero con un asordinado cuestionamiento desde las bases por su notorio silencio ante las casi 2000 cesantías.