Como informara este portal la semana pasada, la Biblioteca Nacional cayó en la voleada de despidos. Pero ahora se sumó un episodio de gravedad, con una injustificada presencia policial a modo de amenaza velada al conjunto de sus trabajadores.
«Carros de asalto de la Policía Federal cercan la Biblioteca Nacional. Sin explicación y sin motivo, los trabajadores y trabajadoras que desde temprano fueron llegando al edificio, se encontraron rodeados por efectivos policiales», denuncian desde una de las cuentas de los empleados en las redes sociales.
Efectivamente, en la mañana de ayer, dos carros de asalto de la Policía Federal cercaron el edificio situado en la frontera entre los barrios de Palermo y Recoleta. Afortunadamente, tras algunos intercambios entre los empleados y la policía, las camionetas abandonaron el recinto pasado el mediodía.
Según sus trabajadores, la puesta en escena se montó con el fin de amedrentarlos de realizar medidas de fuerza. Mientras tanto, los trabajadores exigen explicaciones sobre la presencia policial a la directora interina de la Biblioteca, Elsa Barber, y al director designado que asumirá en junio, Alberto Manguel.
Por otro lado, con anterioridad a los hechos de ayer, el ex director de la biblioteca, el ensayista e intelectual, Horacio González, se había pronunciado en contra de los despidos de un cuarto del personal total de la institución, y criticado al Ministro de Modernización Andrés Ibarra.
En diálogo con un periodista de radio Del Plata, había dicho: «Mirá qué nombre se ponen. Tendrían que ser más sinceros con ellos mismos y deberían ponerse los nombres específicos que corresponden a su actividad, ministro para pegar patadas a las personas en el trasero y convertirlas en parias sociales. Es el ministro del paria social ése».
«Como no se ponen los verdaderos nombres, tampoco dicen lo que es necesario decir, como que la Biblioteca se convirtió en una pieza fundamental en la política cultural. Creció mucho sí, porque crecieron muchos sus identidades culturales, sus actividades y las personas que iban sin dejar de ser la mejor biblioteca», concluyó.