La discriminación diaria de las mujeres

La reivindicación del «piropo grosero» de Mauricio Macri, sumada a su afirmación de que «no les cree nada» a las mujeres, actualizó el debate sobre la temática de género. Al respecto, en el mundo sindical el dato positivo es que eas mujeres en la Argentina están integradas casi plenamente al mercado laboral. El negativo es que lo hacen en peores condiciones que los hombres.

Luego de un avance en su incorporación a la Población Económicamente Activa (quienes trabajan o quieren hacerlo) en la década de 1990, actualmente las mujeres representan el 41,7%. Pero el desempleo es un 40% mayor entre mujeres que entre hombres.

«La brecha laboral sigue siendo grande entre hombres y mujeres», opina ante Info Gremiales la secretaria de Género de la CTA oficial, Estela Díaz. La dirigenta de la Central conducida por Hugo Yasky aclara que «si bien hubo avances importantes como las campañas contra la informalidad laboral, que afecta fuertemente a las mujeres, falta avanzar en la ley de contrato de trabajo el tema de las licencias para que sean parejas en padres y madres, e incluso contemplen las nuevas familias con dos madres o dos padres».

La Ley de contrato de Trabajo N º 20.744 establece una licencia por nacimiento de un hijo de solamente dos días corridos para el padre (contra 90 para la madre), a pesar de que existen convenios colectivos de trabajo que suelen extender esta licencia. En el parlamente, hay numerosos proyectos presentados apuntan a extender las licencias, como una iniciativa impulsada por el diputado oficialsta Héctor Recalde que propone ampliar el derecho para los padres a 12 días y otorgarles protección en caso de despido.

Por otro lado, la diferencia de género se vuelve muy notoria en la distribución de cargos directivos. Entre las mujeres que trabajan, sólo el 2,7% llega a esos puestos, ocupando un tercio de éstos. También sigue existiendo un diferencial entre la remuneración por igual tarea, además de las discriminaciones de género que no escapan al ámbito laboral. Y esto es a pesar de que ellas cuentan con mayor escolaridad que ellos.

También existe una distribución particular en las ramas de actividad. Entre la población ocupada registrada del sector privado el porcentaje de mujeres baja al 31,7%, frente a un 53% en el sector público. Entre las principales ramas, tenemos la participación de la mujer en el sector industrial apenas alcanza el 18,6%; en comercio llega al 34,9% y en servicios al 43,2%.

Otra desigualdad tradicional es el mayor tiempo que las mujeres les dedican a las tareas domésticas con respecto a los hombres. Con un 12,8% de su tiempo dedicado al hogar, frente a un 4,6% de los hombres. Casi tres veces más.

El servicio doméstico alcanza al 20% de las mujeres trabajadoras, y explica en gran parte el mayor porcentaje de empleo en negro en comparación con los varones. En este rubro, sin embargo, el Estado viene haciendo avances en políticas de blanqueo.