El sindicalismo juega sus fichas presidenciales

A medida que se acercan las presidenciales del 2015, la dirigencia sindical empieza a perfilarse hacia alguno de los pre-candidatos en danza. Sin casarse definitivamente, ni prometer lealtades imposibles de cumplir, ya largaron las reuniones, la rosca y las declaraciones de apoyo público.

Por supuesto, el sindicalismo apuesta mayormente hacia la vereda de los candidatos peronistas, antes que por la UCR y la fuerza de centro-derecha de Mauricio Macri, pero existen preferencias para casi todos los gustos.

A 16 meses para las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, la CGT opositora conducida por Hugo Moyano es una de las Centrales más jugadas con un candidato: el diputado Sergio Massa. Es que los Moyano adoptaron un discurso tan radical en contra del gobierno de Cristina Kirchner, que ahora les resulta prácticamente imposible mostrar simpatía por los nombres de perfil kirchnerista puro (Sergio Urribarri, Julián Domínguez, Aníbal Fernández) o más neutral (Florencio Randazzo o incluso Daniel Scioli).

Sin casi alternativas, los Moyano apuestan por Massa. Incluso el diputado Facundo Moyano tiene una relación personal con el tigrense y se muestra muy cercano al bloque del Frente Renovador. En esa elección, lo acompaña el gastronómico Luis Barrionuevo (dueño del sello de la CGT Celesta y Blanca), quien a su vez fue el iniciador de Massa en el PJ, allá por el año 1994 en el municipio de san Martín, cuando el diputado todavía militaba en la UCeDé de Álvaro Alsogaray.

En la misma línea, el diputado Alberto Roberti, diputado nacional y Secretario General de la Federación Argentina Sindical del Petróleo, Gas y Biocombustibles, se autoproclamó líder de la mesa sindical que apoya la candidatura presidencial de Massa. En ese pseudo-espacio también pulula el diputado líder del gremio de la Sanidad, Héctor Daer; y el senador Guillermo Pereyra, jefe del sindicato de petroleros de esa Neuquén y Río Negro.

Pereyra, sin embargo, mantiene un juego político más flexible, que incluso le permite mantener reuniones con Daniel Scioli y hasta con el alcalde Mauricio Macri.

Otro sindicalista que sorpresivamente acompaña a Massa es el representante de ATE en la provincia de Buenos Aires, Fabián Alessandrini, quien integró la boleta del massismo en la elección legislativa del año pasado.

Lo curioso es que Alessandrini era el segundo de Roberto Baradel (líder del sindicato docente SUTEBA) en la conducción bonaerense de la CTA de Hugo Yasky. Y la Central oficialista es tan kirchnerista como anti massista, así que la decisión de Alessandrini causó sorpresa, indignación y hasta potenció las internas de la CTA de Yasky.

En el esquema moyanista, uno de los dirigentes que se separó de la apuesta por Massa y se inclinó más por Scioli es el canillita Omar Plaini, quien incluso integra la mesa sindical del sciolismo de cara al 2015.

Desde el sindicalismo más cercano al gobierno, la CGT conducida por el metalúrgico Antonio Caló parece inclinarse por Scioli. El portero Víctor Santa María (Secretario General del sindicato Suterh) blanqueó su deseo de que el gobernador bonaerense suceda a Cristina Kirchner. Un apoyo que, en su caso, vino acompañado de una movida de prensa a cambio: Scioli respaldó la postulación de Santa María para presidir el PJ porteño, cargo que el podertero finalmente consiguió.

Sin embargo, al no existir una conducción vertical y orgánica en la CGT por parte de Caló (como sí existía en los tiempos de Moyano), los popes sindicales se permiten tener un juego autónomo.

El titular del Sindicato de Peones de Taxis de Buenos Aires, Omar Viviani, por ejemplo, puso sus fichas en un casillero que, a priori, no pinta ganador en 2015. “A mí me gustaría apoyar al ‘Pato’ Urribarri por ser un compañero peronista, que ha dado señales de lealtad”, se sinceró Viviani, en un acompañamiento explícito al gobernador de Entre Ríos, que se presenta como una continuidad ideológica y pura del ciclo kirchnerista.

Por esos mismos motivos, la CTA de Yasky también jugó por Urribarri. «Hay que apostar a cambios como los que propone el gobernador Urribarri», afirmó Yasky, que no puede ni quiere imaginarse una presidencia “neoliberal” como la de Scioli.

En la CTA opositora de Pablo Micheli no hay favoritismos claros ni homogéneos. Porque si bien se mostraron afines al socialista Hermes Binner, la alianza del FAUNEN (que incluye radicales conservadores, a Elisa Carrió y hasta quizás al PRO macrista) terminó por alejarlos. El propio Micheli se encargó además de negar su simpatía por Massa.

En plan más testimonial, desde la CTA opositora algunos se animan a impulsar a un sindicalista para ocupar el sillón de Rivadavia. ¿Una locura? «Queremos que Víctor De Gennaro sea candidato a presidente de los argentinos», se envalentonó Hugo “Cachorro” Godoy, uno de los referentes del gremio ATE.