La oenegeización avanza de forma solapada pero sostenida de la mano del gobierno de Cambiemos. En este caso, en la educación del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, aunque también existen otros casos en distintas provincias.
Se trata de una mezcla de privatización y tercerización laboral. Concretamente, desembarcó sin previo aviso la ONG Enseñá por Argentina en al menos dos escuelas públicas, ofreciendo parejas pedagógicas.
Los “codocentes” están en el aula -o sea en contacto con el alumnado-, participan de la planificación de contenidos y toman parte en el dictado de clases de las escuelas públicas. Pero no atravesaron los concursos de antecedentes que establece la norma vigente y que es la garantía de la formación e idoneidad de los profesores.
La incorporación de los “co-docentes” supone de hecho una precarización laboral por medio de una tercerización informal y desregulada, ya que cobran aproximadamente un tercio de lo que tendría que cobrar un docente por la misma carga horaria.
El contenido del programa que les ha facilitado el ingreso a las escuelas públicas es desconocido, ya que no es posible encontrarlo en la página web de la fundación, en la que abundan las generalidades y brillan por su ausencia las precisiones.
La sociedad de esta fundación con el gobierno porteño viene de lejos: en 2012 y 2013, recibió subsidios de la Ciudad. Desde 2011, animan una Escuela de Apoyo Escolar en Villa Soldati durante los veranos. Un proyecto del bloque del PRO propone declarar “de interés cultural y educativo” la tarea de la fundación Enseñá por Buenos Aires. Allí se destaca que “actualmente, 28 jóvenes profesionales trabajan en las aulas junto a docentes con el objetivo de desarrollar en los estudiantes las competencias académicas esenciales (…) y competencias socio-emocionales”.
Lo que no tiene respuesta, por el momento, es qué norma autoriza el ingreso de asociaciones privadas en las escuelas públicas de la Ciudad, qué convenios se establecieron entre la ONG y el Ministerio de Educación, sus alcances, plazos previstos y objetivos ni cómo se desarrollará la aplicación del programa educativo de “co-docentes”, entre otras preguntas básicas que permanecen en penumbras.
En conversaciones con InfoGremiales, el Secretario General de Ademys, Jorge Adaro, advirtió que esto forma parte de una línea general del oficialismo de injerencia de ONGs en la educación pública. Y compartió al menos dos otras experiencias muy preocupantes.
«Una la denunciamos el año pasado, la ONG Protege tu corazón daba talleres sobre sexualidad en escuelas primarias, sobre todo en áreas semirurales, con una línea que se contrapone directamente con la ley de Educación Sexual Integral. En la línea más conservadora de represión sexual”, contó.
Otra, que ocurrió en la escuela 26 del 6to distrito, la ONG Mi escuela saludable, que forma parte del Instituto Internacional de Ciencias de la Vida, patrocinado nada menos que empresas como Coca-Cola y Monsanto. La ONG indagaba sobre hábitos alimenticios de los menores.
En general, además, señaló el avance de universidades privadas como la Universidad Católica Argentina (UCA) y San Andrés en desmedro de públicas como la UBA. “Actualmente la Universidad de San Andrés se ocupa de la capacitación sobre administración y gestión en las escuelas, muy en la línea del managemnet”, advirtió Adaro.