Las finanzas de la cooperativa láctea más grande del país tocaron fondo el pasado 13 de mayo. Ese día le rebotaron cheques por 70 mil pesos y los bancos, con el guiño del gobierno naiconal, le cerraron las puertas.
En el primer trimestre de 2016, SanCor tuvo pérdidas por $1.527 millones, un 316% más que los $367 millones de igual período de 2015, un año enteramente en rojo. Por eso mismo, le pidió al Banco Nación que le refinanciara deudas a cuenta del fideicomiso entre Argentina y Venezuela constituido en el organismo. Pero el banco, con respaldo del Gobierno, le dio la espalda a la gigante de los lácteos.
En este contexto había trascendido que la compañía había logrado un acuerdo con el grupo aceitero, Vicentín, para la transferencia de su línea de productos frescos (yogures, postres y quesos crema. Sin embargo voceros de esta última aseguraron que por ahora no hay interés en ese negocio porque la prioridad es la puesta en marcha de una fábrica de pañales.
“Con Sancor se habló hace unos años, pero después quedó todo en la nada y se descartó totalmente», sostuvo uno de los directores del grupo.
Por ello desde la firma comenzaron a achicar personal. En primera instancia, para evitar un nivel de conflictividad alto, se abrió un programa de retiros voluntarios que seduzca a los empleados a irse. SanCor tiene aproximadamente 4700 trabajadores en todo el país, de los 1500 trabajan en Sunchales.
Gonzalo Toselli, intendente de Sunchales, comentó se encuentra en «una situación crítica, pero controlada» y confirmó la versión de que la en la firma «comenzaron los retiros voluntarios».