Las empresas de Trelew, que desde hace décadas procesan parte de la lana producida en la Patagonia, se declararon en situación de emergencia y ya se teme por posibles despidos en el sector. Es uno de los efectos de la quita de las retenciones a la exportación de productos agropecuarios que el gobierno de Mauricio Macri aplicó en diciembre pasado.
Las firmas que integran el Polo Industrial Lanero más importante de toda la región, y que dan empleo a unas 2.000 personas, según relata Matías Longoni en Clarín, se reunieron esta semana con el ministro de la Producción de Chubut, Hernán Alonso, a quien le reclamaron que se realicen gestiones urgentes antes las autoridades nacionales, para corregir las distorsiones originadas por la rebaja impositiva.
El funcionario de Mario Das Neves se comprometió a elevar el pedido, en un contexto donde muchas peinadoras, lavaderos e hilanderías han comenzado a reducir turnos de trabajo, aunque sin producir todavía despidos.
Según los empresarios textiles, a partir de la baja de retenciones se dispararon las exportaciones de lana sin procesar, dejando a los establecimientos industriales tradicionales sin chances de competir por la materia prima.
«La quita de las retenciones a la exportación de lana sin procesar ha generado asimentrías entre la lana sucia y la lana procesada. Se solicita una política para aliviar la carga impositiva al sector industrial textil que equipare las condiciones con los exportadores de lana sucia, de manera que agregarle valor a la misma sea una opción rentable», señalaron los textiles en una solicitada.
Allí reclaman que mediante una modificación de los reintegros se recupere el diferencial histórico que existía entre ambos productos, y que era del 6,8%. Pero además se exige al gobierno macrista que elimine los reembolsos por puertos patagónicos de los que gozan también los embarques de lana sin procesar.