Partimos de tres CGT con un secretario General y vamos hacia una CGT con tres o cuatro secretarios Generales. El orden de los factores parece alterar muy poco el producto, aunque desde lo formal, y a la interna de cada espacio, ya se allanó el camino para que todas las fracciones, en agosto, vuelvan a confluir el histórico edificio de Azopardo 802.
El Comité Central Confederal (CCC), que sesionó el viernes, sirvió para cumplir con un paso estatutario hacia la normalización de la central obrera, pero también para medir la temperatura con la que cada espacio encarará la reunificación. Con representantes de las 3 CGT, de gremios que no integraban ninguna y la sorpresa de la presencia del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), que hasta ahora se había mantenido al margen del proceso, quedó claro que hay chances de que la confluencia sea mayoritaria.
Por ello, el viernes mismo, y tras varias semanas en la que estaban todos en las gateras, quedó estrictamente abierta la temporada de rosca para definir quienes serán los dirigentes que conduzcan la nueva etapa. La dispersión política, la falta de un liderazgo absoluto, el desacuerdo sobre el perfil que debe tener la central y la escasez de consenso entre quienes deben confluir, hace que sean viables las ideas de tener varios secretarios generales. Tres o cuatro parece ser la discusión.
Desde la CGT Azopardo, con Hugo Antonio fuera de competencia por voluntad propia, ya empezó a jugarse la sucesión. Quienes más chances tienen son Pablo Moyano y Juan Carlos Schmid. Aunque el dirigente de Dragado y Balizamiento había sonado con fuerza en los primeros momentos del año, ahora todo se va encaminando para que sea Pablo el que represente bendecido.
Según contó Miguel Díaz, titular del gremio docente bonaerense Udocba, mañana se realizará un cónclave en la sede de la Federación Nacional de Conductores de taxis que lidera José Ibarra, donde una porción mayoritaria del moyanismo se pronunciará por la candidatura del hijo de Hugo. Hasta el momento calculan que 60 de los algo más de 90 sindicatos de Azopardo darían el presente y el visto bueno.
«Es el dirigente que nos representa y nos contiene», sostuvo Diaz. Además, el docente aprovechó para mostrar la disconformidad del espacio con la idea de que sean cuatro los próximos conductores «ya que sería una demostración de debilidad» y la demostración de que la unidad se dio meramente en los papeles.
Por su parte Schmid se queda con el respaldo de una porción minoritaria de Azopardo que, incluso viendo el apoyo ascendente a Pablo Moyano podría migrar hacia el calor del poder, y el sustento de la CATT. Por lo que todo indica que los próximos 4 años verán al también jefe de la Federación de Marítimos Portuarios en el rol que ocupa hasta ahora.
Los Gordos y los Independientes parecen tener las cosas más claras. Quieren poner un hombre de su confianza en la conducción colegiada y todo indica que el elegido del espacio es el referente de Sanidad, Héctor Daer. Aunque podría aparecer un competidor en un núcleo de dirigentes acostumbrado a las intrigas, hoy ninguno suma las adhesiones necesarias.
Desde la CGT Azul y Blanca surge un sucesor natural a Luis Barrionuevo. Es que con «Bandeja» fuera de carrera el reemplazante natural es Carlos Acuña, dirigente de confianza del gastronómico y titular de los empleados de estaciones de servicio, quizás el gremio con mayor capacidad de fuego del barrionuevismo.
Antonio Caló, con su CGT atomizada y su poder licuado, parece sin un referente para ubicar. Sin embargo la sorpresa del viernes fue la presencia de varios gremios del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), hasta febrero aliados al metalúrgico. El espacio hasta el momento se había mostrado distante al proceso de la reunificación y crítico de ese camino. Aunque todavía esta en duda si mantedrán la presencia, algunos incluso se animaron a aventurar que podrían proponer a Omar Viviani para la tétrada dirigencial cegetista.
Entre tanta dispersión y con un armado marginal, el núcleo raleado de las 62 organizaciones peronistas, respaldado y fogoneado desde los medios por algunos dirigentes del PRO, hicieron circular el nombre de Gerónimo «Momo» Venegas como jugador con chances de terciar. El sindicalista más cercano al gobierno nacional parece con pocas chances de ubicarse entre las caras visibles de la próxima etapa.
Con poco en claro desde lo político, las negociaciones a flor de piel y sin un rumbo definido, lo único que va quedando claro por estas horas, es que desde agosto estarán todos en el mismo lodo.