La editorial sin firma del lunes pasado de La Nación, titulada “Un cambio indispensable en las relaciones laborales” sigue despertando rechazos, máxime en un contexto nada inocente, en el cual el propio Presidente se quejó por una justicia laboral supuestamente demasiado inclinada a favor de los trabajadores.
Al rechazo de Hugo Yasky (ver “Yasky denunció una ofensiva por la reforma laboral impulsada por La Nación”), se sumó la CTA Autónoma con un comunicado firmado por su Secretario General, Pablo Micheli, y su Secretario Adjunto, José Rigane.
Allí critican lo que señalan como una nueva “ofensiva patronal contra los derechos de los trabajadores”, impulsada por el matutino que siendo “fiel a su tradición de ser el portavoz de las grandes empresas y sectores concentrados de nuestra economía visibiliza el objetivo de las clases dominantes y del gobierno” para impulsar una nueva «flexibilización laboral».
“Las ideas centrales reiteran argumentos expuestos desde la dictadura genocida, que fueran exacerbadas en la década del 90, incluyendo la disminución de los aportes patronales a la seguridad social con el consabido desfinanciamiento del sistema jubilatorio”, advierten los sindicalistas.
Además, denuncian que tras el supuesto objetivo de la “libertad sindical”, se proponen “la atomización de las organizaciones sindicales, induciendo la división del movimiento de trabajadores y su debilitamiento a la hora de la negociación laboral”.
La central advierte que “el discurso de La Nación pretende que el Ministerio de Trabajo, en cuanto autoridad de aplicación, deje de homologar los acuerdos paritarios, intentando con ello burlar el «principio protectorio» que debe regir todas las relaciones laborales (Art.14 bis CN), e impulsar acuerdos privados entre empresas y sindicatos por sector”.
También repudian las propuestas de “contratos de plazo fijo flexibles”, con periodos de prueba más largos y que faciliten la contratación y el despido de trabajadores, así como el reemplazo de la indemnización por despido por un sistema contributivo que contiene “el claro objetivo que los trabajadores «aporten» en un sistema similar a las ART, para que después les abonen indemnizaciones de hambre”.
Para concluir, desde la CTA Autónoma entienden que “las propuestas esgrimidas tienen como propósito instalar la inseguridad en el corazón de las relaciones laborales, dejando el trabajo estable con seguridad social” con “argumentos antiguos y que expresan la voluntad de la ofensiva de las patronales más concentradas contra los trabajadores”.