Los restos de Raimundo Ongaro, quien murió el lunes en su casa de Los Polvorines, en el municipio bonaerense de Malvinas Argentinas, fueron velados ayer entre las 10.00 y las 14.00 horas en la histórica sede de la Federación Gráfica Bonaerense «La Gráfica»), cuyos destinos condujo durante casi medio medio siglo.
El primer homenaje lo recibió del ex dirigente ferroviario Lorenzo Pepe, con quien coincidió en la CGT de los Argentinos, y que trazó con emoción pero con voz firme la trayectoria gremial de Ongaro.
El actual secretario general del gremio gráfico, Héctor Amichetti, dijo a Télam que «la pérdida de Ongaro es un dolor enorme, fundamentalmente por lo que significó no sólo para los gráficos, si no para el conjunto de los trabajadores».
«Raimundo fue el símbolo de lo que dieron en llamar aquellos compañeros de la Resistencia, lo que era la práctica de un sindicalismo de liberación, donde mostraban una acción de unidad de los trabajadores en función de un proyecto de país, por eso aquellos famosos programas de La Falda y Huerta Grande», agregó.
Por su parte, el ex titular de la CTA y ex diputado nacional, Víctor De Gennaro, dijo a Télam que «Ongaro fue la referencia ineludible y la conducta viva de lo que era el ideal del sindicalismo de liberación».
«Raimundo fue la expresión de un sindicalista pleno de potencialidad, no sólo de una conducta personal que fue intachable, sino que además demostró que se puede vivir como un trabajador y tener orgullo de ser trabajador», añadió.
De Gennaro indicó además que aunque no lo conocía aún, «me llegó una frase de Ongaro que fue muy clara: ‘Es preferible honra sin sindicato, que sindicato sin honra’. Eso nos marcó como militantes de los trabajadores».
La ex presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, sostuvo que «la figura de Raimundo para toda mi generación es que enfrentó a los sindicalistas que querían traicionar a Perón, al Vandorismo».
Además de la ex presidenta estuvieron el ex jefe de Gabinete de Ministros, Juan Manuel Abal Medina; el ex ministro de Trabajo, Carlos Tomada; el ex senador Oraldo Britos; el ex diputado nacional Carlos Gdansky; el ex presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde y su padre, el abogado laboralista y diputado por el Frente para la Victoria, Héctor Recalde, y el ex legislador radical cercano al kirchnerismo, Leopoldo Moreau.
Por el ámbito sindical estuvieron además de De Gennaro y Pepe, Sergio Palazzo y Eduardo Berrozpe (bancarios); Hugo Godoy (ATE); Horacio Ghillini (Sadop); Carlos Minucci (Personal Superior Luz y Fuerza); Carlos Barbeito Molineros; Osvaldo Ladarola (Telefónicos) y Hugo Melo (UOM-La Matanza, entre otros.
El velatorio finalizó pasadas las 14.00 horas y sus restos serán sepultados en el Cementerio de San Miguel.
En 1968, durante la dictadura del general Juan Carlos Onganía, Ongaro creó la CGT de los Argentinos, como consecuencia de la ruptura de la central obrera que impulsó el metalúrgico Augusto Timoteo Vandor, ante la posibilidad cierta de perder la conducción.
Ongaro respaldó, en 1969, desde su posición en la CGTA el alzamiento obrero de El Cordobazo, una protesta obrera que devino en un estallido social que puso en jaque al gobierno de Onganía.
Tras esa gesta obrera fue detenido junto a dirigentes como Agustín Tosco, Elpidio Torres, y al recuperar su libertad daría su respaldo al movimiento Peronismo de Base.
En septiembre de 1974, impulsó desde Tucumán la creación de una Coordinadora de Gremios en Lucha que apoya la lucha de los trabajadores de los ingenios azucareros en esa provincia.
Su oposición al gobierno de María Estela Martínez de Perón determinaría que en 1975 fuera detenido y puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional en el marco del Estado de Sitio.
En prisión recibió la noticia del asesinato de uno de sus hijos, Alfredo Máximo, a manos de la Triple A, y un intento de secuestro de otro de ellos.
Pese a su negativa, y tras gestiones de sus familiares pudo dejar el país e iniciar un exilio que concluiría con la llegada de la democracia.
Hoy, de entre los numerosos trabajadores gráficos y representantes de otras organizaciones que asistieron a las honras fúnebres, surgió una conclusión anónima: «con Ongaro se fue el sindicalismo combativo del siglo XX».